El champagne y el trofeo en Ciudad de México recayeron en Max Verstappen (Red Bull), que completó una carrera ejemplar para repetir su éxito de 2017 en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Simultáneamente, era el quinto galardón del holandés, y el quinto Mundial para Lewis Hamilton (Mercedes), cuya cuarta ubicación fue bastante para coronarse campeón con dos rondas restantes, convirtiéndose en el tercero en conseguirlo, detrás de Juan Manuel Fangio y Michael Schumacher.

La de Verstappen fue la conquista más lustrosa de su trayectoria hasta ahora. Fue incisivo al arrebatarle la posición de privilegio a su compañero Daniel Ricciardo antes de liderar en solitario al frente del pelotón.

Sebastian Vettel (Ferrari) sabía que sus oportunidades de continuar a la caza del título eran mínimas según avanzaba la cita. Sin embargo, pese a que tuvo un buen rendimiento —incluyendo la ejecución de un espectacular adelantamiento sobre Hamilton en la vuelta 39—, finalizó segundo, y no fue suficiente.

El alemán heredó la plaza después de que Ricciardo sufriera su octavo abandono de la temporada, por avería mecánica, en la vuelta 62. Fue un cruel vuelco del destino para el australiano, que buscaba su primer podio presencial en la capital americana e impedía que la escudería de las bebidas energéticas tuviera la oportunidad de hacer su primer doblete desde Brasil 2013.

Vettel se unió en el estrado a su coéquipier Kimi Räikkönen, que tuvo una mayormente tranquila tarde pero dejaba a Hamilton sin poder disfrutar de su celebración desde el podium.

Las flechas de plata acababan cuarto y quinto, el inglés delante de Valtteri Bottas, cayendo tremendamente su ritmo al final.

Actuación destacable de Nico Hülkenberg, sexto —el mejor del resto—, buenas noticias para Renault en el día en que Haas falló de nuevo. Charles Leclerc (Sauber) concluyó séptimo, mientras que un atribulado Stoffel Vandoorne (McLaren) fue octavo igualando su mejor intervencióndel año.

Pese al demoledor triunfo de Verstappen desde el de Austria, los aplausos hoy van también hacia Hamilton, que forma parte de un excepcionalmente exclusivo grupo de pilotos de Fórmula 1.

A menos de 24 horas de su festejo por hacerse con la pole position, el sueño de Ricciardo de transformarla en victoria expiró en los primeros cinco segundos de la salida del gran premio, cuando su RB14 patinaba.

Ello permitía a su socio Verstappen apoderarse del liderato, con Hamilton aprovechando el infortunio para sobrepasarle también. Una vez que el aussie recuperaba la velocidad, se peleaba por el tercer puesto con Bottas en la curva 1. El oceánico se hacía con él, dejando al finlandés en el camino de Vettel. Y tras una serie de incidentes en la rotación inaugural para el germano, esta vez fue resolutivo, pasándole limpiamente a través de los virajes 4 y 5, con su neumático delantero izquierdo haciendo un ligero contacto con el alerón frontal del W09 antes de que el SF71H se instalara cuarto.

Más atrás, un impacto entre el Force India de Esteban Ocon y el RS18 de Hülkenberg se cobró una improbable víctima, ya que un trozo del ala del VJM11 se incrustó bajo el McLaren de Fernando Alonso, causando en última instancia la retirada del español cinco vueltas más tarde.

En cabeza, Verstappen no tenía ganas de esperar, e inmediatamente establecía una sucesión de vueltas rápidas para abrir un margen sobre su perseguidor Hamilton. No obstante las ruedas iban claramente a jugar un importante papel, y los ultrasofts del británico padecían graining lo que le obligaba a ser el primero en efectuar la parada en la vuelta 12. Mercedes realizó un doble pit stop a sus monoplazas calzándolos con superblandos. Red Bull siguió sus pasos en las 13 y 14. Los Ferrari comandaban el grupo hasta su recambio por supersofts en la 18.

A medida que la prueba asentaba su cadencia, el neerlandés se mostraba indomable, alejándose del anglosajón, con Vettel tomando firmeposesión del tercer emplazamiento de Ricciardo en la curva 1, vuelta 34.

Y entonces, cinco giros más tarde, llegó la confrontación que todos estábamos esperando, cuando el teutón daba alcance al de Stevenage. Un magnífico duelo rueda a rueda entre los dos campeones.

Desafortunadamente para las aspiraciones de Vettel, Verstappen estaba muy lejos, con Räikkönen terminando en un plácido tercero favoreciendo la batalla en la clasificación de constructores, al menos hasta São Paolo.

Hamilton, a pesar de ser consciente de que un top siete le entronizaba, soportaba una dura travesía, transmitiendo una letanía de nerviosos mensajes hacia su equipo acerca de todo, desde sus cubiertas hasta su desinterés en la actualización del lugar ocupado por Räikkönen, su tiempo respecto a los Red Bull y los Ferrari, y luchando contra la degradación.

Pero en meta —su segundo más bajo resultado del calendario— cesaron los problemas, inscribiendo su hazaña en los libros de historia. Y, si bien, Vettel fue indiscutiblemente mejor esta vez, no ocultaba su abatimiento al ser entrevistado.

En la zona trasera de la parrilla, Haas tenía una de sus peores jornadas con Kevin Magnussen y Romain Grosjean últimos, algo que no ayuda en su pelea con la Régie por el cuarto casillero de la tabla de escuadras. Aunque Carlos Sainz abandonaba en la vuelta 31, por un contratiempo eléctrico.