En la eliminatoria entre Rusia y Croacia, el equipo balcánico era el gran favorito para llegar a las semifinales del Mundial, pero a la hora de la verdad han tenido que sufrir hasta el final para obtener el pase a la siguiente ronda. Después de que los rusos se adelantaran con un gran gol de Cheryshev, con remates de cabeza de Kramaric, en el primer tiempo y de Vida, en la prórroga, parecía que habían completado la remontada, pero un gol de Mario Fernandes casi al final enviaba el partido a los penaltis. Sólo la efectividad desde los once metros ha permitido que Croacia se clasificara.
El miércoles, contra Inglaterra, buscará llegar por primera vez en su historia a la final.
Croacia es sorprendida por los rusos y su juego ordenado
El partido ha comenzado con sorpresa, porque cuando todo el mundo esperaba una Croacia dominadora del juego, ha resultado que Rusia salía mejor, con las ideas más claras y llevando peligro a la portería de Subasic. La defensa balcánica ha podido rechazar las primeras hilvanadas pero no la tercera, a la media hora de juego, con un disparo inesperado de Cheryshev que ha sorprendido al portero y se coló por el ángulo.
Rusia, con fama de ser extremadamente ordenada, ha intentado ralentizar el juego y provocar que los cruzados se pusieran nerviosos. Pero la alegría ha durado poco a los anfitriones, sólo seis minutos, ya que el equipo que entrena Zlatko Dalícia ha respondido en una acción donde, por sorpresa, la defensa ha perdido las marcas y ha permitido que Mandzukic atacara en solitario por la izquierda y pudiera centrar para que Kramaric rematara a placer a pesar de estar rodeado por cuatro defensores.
Los dos goles, casi consecutivos, parecía que animaban el partido pero en realidad fue aburrido. Los entrenadores han preferido optar por tácticas conservadoras, para mirar que pasara poco y dejar que pasaran los minutos a la espera de encontrar alguna acción aislada para hacer el segundo gol. Tanto es así que, en la segunda parte, sólo ha habido dos disparos entre los tres palos, todos ellos de los rusos: de Dzyuba en el minuto 62 y, finalmente, de Zmolov el tiempo de descuento.
El portero croata, Subasic, ha dado un susto porque cuando su equipo ya había hecho los tres cambios ha notado un pinchazo en la parte posterior del muslo y pidió asistencia médica. Finalmente sólo ha sido una falsa alarma y ha podido terminar el partido.
Croacia define la clasificación en los lanzamientos de penal
Agotado el tiempo reglamentario, el partido debía resolverse en la prórroga, donde los croatas han tenido, inicialmente, la fortuna de cara, y parecía que sentenciaban la eliminatoria gracias a un gol de Vida, que remató en el minuto 97, el balón ha pasado junto a dos defensas rusos, que no han podido rechazar, y se coló en la portería de Akinfeev.
En condiciones normales, el gol hubiera sido definitivo pero Rusia, quizá por el efecto de ser anfitriones y tener el público a favor, no se ha rendido y ha dispuesto de un par de llegadas peligrosas contra una Croacia que se ha dedicado a defenderse. Pero ha llegado una falta en el costado del área y Mario Fernandes, el brasileño nacionalizado ruso y que había sido de los más incisivos en el tramo final del partido, ha conseguido, de cabeza, el gol que forzaba los penales, que han dado la espalda a los anfitriones y han permitido que los balcánicos tengan el miércoles una cita con la historia.