Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors protagonizan desde este primero de junio la tercera batalla consecutiva en Finales de la NBA, por lo que desde ya, puede catalogarse como la más grande rivalidad del siglo XXI en la élite del Baloncesto.

Al margen del significado que tiene el trébol de rondas decisivas entre los campeones del Este y de la Liga, liderados por LeBron James, y su par del Oeste, con Stephen Curry y Kevin Durant a la cabeza, la serie al mejor de siete duelos vuelve a enfrentar a dos de los armadores de mayor nivel, eficacia y espectáculo, Kyrie Irving y el propio Curry, quienes ostentan algunos factores en común.

Efectivamente, ambos jugadores son top en la posición 1, aunado a ser notables anotadores, ya campeones mundiales de FIBA, igual que de NBA, y poseen una herramienta por la cual resaltan en su manera de actuar en la duela: el “crossover”.

Y es que los dos atletas tienen fama de “reyes” del citado movimiento, mismo que describe el cambio de dirección en pleno dribling de balón. Mientras Irving aplica el “crossover” a un ritmo sin parangón en el resto de la liga, Curry cuenta con un arsenal de recursos que lo hacen indescifrable.

Quebrar tobillos y caderas es una marca registrada tanto para el dorsal 2 de Cleveland, como en el mediático 30 de Golden State y dos veces Más Valioso del torneo. Espectáculo aparte el apreciar la magia que sale de las manos y, en este caso, las botas de los rivales de posición y franquicia, pero compañeros en la selección estadounidense que ganó el Mundial de España 2014.

Irving y Curry, tablas en Finales de la NBA

De esa forma, el destino también ha traído para Kyrie Irving y "Steph" Curry un capítulo por lado en Finales de la NBA.

Al margen que en la edición 2015, los Warriors se llevaron los máximos honores en seis desafíos, Steph coronó un curso soñado haciendo diferencias, pese a no añadir el MVP en esa fase.

Entretanto, Irving sufrió una lesión en su pierna a minutos de finalizar el Juego 1 que los sacó de aquella serie, una baja lapidaría en las aspiraciones del quinteto de Ohio.

Ya en el verano 2016, el nacido en Melbourne, Australia, fue factor en la épica remontada de los Cavs, fungiendo de escudero de “King” James; incluso comandando el rubro de anotación en el Juego 6 y en el histórico e inolvidable séptimo, en el Oracle Arena de Oakland.

Cuando muchos fieles al deporte de las alturas simplemente miran a LeBron y su legado, o a la gran ocasión que tendrá Durant en pro de conseguir su primer anillo de campeón, una minoría, siempre cede notable gusto por el show, no deja pasar debajo de la mesa la oportunidad de apreciar el "matchup" entre dos de los cinco bases más rápidos de la liga (el número 1 en ese ranking es John Wall), aunque los 1 y 2 en el arte del "crossover".

Para el clásico antes mencionado, ambos magos se encuentran al 100% físicamente, lo que supone otra paridad en una rivalidad que quedará enmarcada en los anales del mejor baloncesto del mundo; hablando, claro está, de la trilogía de Finales de la NBA, Cavs-Warriors.