Lanzados por su triunfo sobre la bocina en el tercer partido, Boston mostró su mejor versión en la primera parte del cuarto en 'The Q'. Sin miedo y con seriedad, pusieron contra las cuerdas a los actuales campeones de la NBA, que vieron muy de cerca la posibilidad de perder la ventaja de campo que robaron a los Celtics con ese 0-2 en el TD Garden. Pero Cleveland es demasiado, tiene una plantilla descomunal, y sobre todo, en sus filas están dos de los jugadores más dominantes de la liga: Kyrie Irving y LeBron James. El base sumó 42 puntos, se echó el equipo a la espalda cuando la ventaja visitante crecía y firmó su mejor partido en playoffs.

Por su parte, el alero de Akron volvió por sus fueros y se fue hasta los 34 puntos, 15 de ellos en el último cuarto, la clave del partido. Se sumó a la fiesta Kevin Love, que sumó 17 puntos y 17 rebotes y continúa demostrando estar a un gran nivel en esta final de Conferencia Este.

Todo esto permite a los Cavaliers poner el 3-1 en la eliminatoria y acariciar sus terceras Finales consecutivas, esas que podrían hacer historia, y es que ahí ya esperan los Warriors del 12-0. Pero a este equipo poco parecen importarle las gestas de su rival. Ya dejaron sin anillo al mejor equipo de siempre en temporada regular y si alguien es capaz de poner freno a Golden State son LeBron y compañía (aunque para ello deben juntarse muchos factores).

Cavs, una apisonadora tras el descanso

Pero aún deben viajar a Boston, y estos Celtics no parecen los mismos que los del 0-2. Los de Massachusetts han mejorado, su circulación es más rápida, el acierto es mayor y la defensa es más dura que en los dos partidos del TD Garden. La línea a seguir es la mostrada en Ohio. Aunque no la de la segunda parte de anoche.

Desperdiciaron una ventaja de 16 puntos y la pronta carga de faltas de LeBron James antes del descanso (4). Dejaron vivos a los Cavs y lo pagaron caro. Su rival despertó en el tercer cuarto y, de la mano de Kyrie Irving, redujeron diferencias hasta ponerse por delante a falta de 3:15 gracias a dos tiros libres del 'Rey' (73-72).

Y así pasaron del +10 antes de iniciar el periodo hasta el 87-80 con el que concluía, todo ello gracias a los 40 puntos en esos 12 minutos de juego.

En el último, lo único que hicieron los Cavs fue refrendar lo hecho. Y ese fue trabajo de LeBron, 15 puntos en el cuarto periodo y la sensación de que lo del tercer partido fue un simple espejismo. Boston peleó, no se rindió, pero acabó hincando la rodilla. Eso sí, en el TD Garden será otra historia. Ahí será todo o nada para los Celtics. La vuelta a viejos fantasmas de temporada regular o la gloria para Cleveland.