No hubo sorpresa. Boston nunca tuvo opciones reales de poner contra las cuerdas a Cleveland, de hecho, nunca estuvo por delante y las sensaciones tampoco fueron las correctas. Sí las tuvo Lebron James, que vivirá sus octavas Finales, las séptimas consecutivas, y las terceras desde 2015 que vivirán ante Golden State Warriors. El alero sabía que su equipo necesitaba la victoria y así llegar descansado a la batalla del Oracle Arena del próximo 1 de junio. El Rey se puso su capa, sumó 35 puntos y además de poner el 4-1 final y darle el título de campeón a Cleveland, de paso, se convirtió en el máximo anotador de los playoffs, superando así a la leyenda de Michael Jordan.

Cleveland salió al TD Garden consciente de lo que había en juego, mucho mejor preparado que su rival, aún convaleciente de aquella ventaja que disfrutaron en el cuarto partido y que hubiese supuesto el 2-2. Los de Brad Stevens nunca se recuperaron y lo pagaron caro. Con LeBron a la cabeza, los Cavs dieron las mismas sensaciones que en los anteriores choques en Boston. Siempre por delante, con más intensidad, acierto, una mejor defensa y que no dejó de pisar el acelerador. Ni siquiera hizo falta exprimir su equipo titular, Tyronn Lue esta vez sí hizo rotaciones, incluso James Jones o Dahntay Jones jugaron, y el banquillo aportó 49 puntos con Deron Williams (14) como cabeza visible.

No puede decirse otra cosa que no sea otra paliza más de los Cavs, otra más en un TD Garden que sufrió y vio cómo su equipo se derrumbaba a cada minuto.

Un querer y no poder que se magnificaba cuando aparecían las figuras de LeBron (35+8+8), bien acompañado por Kyrie Irving (24+2+7) y Kevin Love (15+11+3). Además, Cleveland sacó a relucir su mejor arma y se marchó de Boston con un 46% de acierto desde el triple para una serie de 19/41 lanzamientos.

Este es el territorio del Rey, y ahora llega la hora de la verdad, la que desempatará entre Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers.

No hay mejor final en la NBA que esta. No hay mayor competitividad que la de estos dos colosos, confeccionados y moldeados para el anillo, con un nivel espectacular y que pasarán a la historia, no solo por una rivalidad que será leyenda, sino por firmar las terceras Finales seguidas por primera vez en la historia de la mejor liga del mundo. Qué le vamos a hacer. El próximo 1 de junio comenzará una lucha de titanes en el Oracle Arena y puede ocurrir de todo. Disfrutemos.