Primera sesión del juicio por el crimen de Gabriel Cruz. El asesinato del niño de ocho años se juzga desde este lunes en la Audiencia Provincial de Almería. En el banquillo de los acusados se sienta, como asesina confesa, Ana Julia Quezada, que admitió haber matado al hijo de su pareja el 27 de febrero de 2018 en una finca de Rodalquilar.
Se enfrenta a una condena a prisión permanente revisable. La piden tanto la Fiscalía como la acusación particular por asesinato con alevosía. También se le solicitan 10 años de cárcel por daños psíquicos a los padres del menor.
Quezada descendió a primera hora de la mañana del furgón policial con el pelo alisado y vestida de blanco. Iba esposada y con gesto serio. Dentro de los juzgados le esperaban unos 130 periodistas acreditados.
El juicio se inició a las 12:30 horas del mediodía, tras la elección del jurado popular que decidirá el destino de la dominicana, que erguida y llorosa hablaba con frecuencia con Esteban Hernández y María Gámez, sus abogados defensores. Estaba previsto que Ana Julia declarara en esta primera sesión pero, debido al retraso en el inicio de la vista, lo hará el martes.
Gabriel agonizó alrededor de una hora
El pequeño estuvo agonizando entre "45 y 90 minutos" desde que Ana Julia le propinó los primeros golpes hasta que le asfixió. Esa es la versión del abogado de la familia del niño, Francisco Torres, que ha acaparado la atención del jurado en la primera sesión del juicio.
'Falta de escrúpulos'
El letrado de los padres, Francisco Torres, ha destacado la "falta de escrúpulos total" de la asesina confesa, poniendo énfasis en el "ensañamiento" de la entonces pareja de Ángel Cruz, progenitor de Gabriel.
