Las medidas de seguridad en el parque nacional Kruger, en Sudáfrica han mejorado en los últimos años. Sin embargo, esto no ha evitado que el número de Animales asesinados por cazadores furtivos, sea, a día de hoy, el doble que el pasado año.
El de Kruger es el parque nacional más grande de Sudáfrica y aquí conviven unos19.000 animales de distintas especies y una importante población de elefantes y rinocerontes, las presas favoritas de los furtivos debido al elevado precio de sus colmillos en el mercado ilegal.
Esto ha puesto a los elefantes y rinocerontes en una situación muy crítica, y en la actualidad, su caza indiscriminada está a punto de terminar con ellos para siempre.
Víctimas de los cazadores furtivos
En el caso de los elefantes, la caza furtiva supone un grave impacto a nivel psicológico, ya que según los expertos, una manada tarda unos 20 años en superar la muerte de un miembro, ya que son animales que viven la experiencia de la muerte de una forma muy especial, llorando el fallecimiento de un familiar durante varios días e incluso llegan a reconocer los huesos de otro elefante.
El negocio del marfil alcanza cifras de escándalo, ya que, por cada elefante se pueden llegar a pagar hasta 9000 euros.
Buena parte de este dinero se destina a financiar el terrorismo.
Cazadores furtivos devorados por leones
En más ocasiones de lo que pudieran imaginar, los furtivos acaban siendo devorados por un león. Parece que de vez en cuando, uno de estos cazadores furtivos se lleva su merecido.
Hace unos días, un elefante acabó con la vida de un cazador furtivo que pretendía matar a uno o varios rinocerontes en el parque Kruger de Sudáfrica, y posteriormente se lo comieron los leones. Una manada de leones lo devoró, dejando únicamente los huesos. Un final, que en opinión de los internautas de todo el mundo, tendría más que merecido el furtivo.
La familia del fallecido fue informada de lo sucedido tras haber sido encontrados parte de sus restos, por los guardias del parque, gracias a la información proporcionada por otros cazadores furtivos, que inmediatamente fueron arrestados.
Cuando los compañeros de la víctima vieron lo que había pasado, solo se les ocurrió arrastrar el cadáver hasta la carretera, a fin de que pudiera ser encontrado, y echaron a correr, lo que no evitó su posterior detención. Sus armas fueron decomisadas y están acusados de caza furtiva y entrada ilegal en el parque. Las autoridades buscan que hayan aprendido la lección y que abandonen esta práctica para siempre.
Aún así se está extremando la seguridad para que no se ponga en riesgo la vida tanto de los animales como de los turistas en safaris.