Estos pájaros, también conocidos como “pájaros caseros”, es una de las especies más habituales en entornos humanizados. Nos acompañan desde hace milenios y se han visto expulsados de las ciudades gracias a la contaminación. Según SEO/BirdLife, en España habitaban al rededor de 165 millones de gorriones en 2006, pero esta población se ha reducido en ocho millones de ejemplares.

Las ciudades están expulsando a estos pájaros

Los gorriones son considerados por los biólogos como una especie “bioindicadora”, aquellas que señalan las buenas o malas condiciones de un espacio natural.

Aparecen o desaparecen indicando la salud de nuestras ciudades, si el lugar en el que habitan se degrada, lo abandonan dando paso a otras especies más oportunistas.

Este hecho podría considerarse como una señal de alarma, pues las causas del declive de la presencia de esta ave sedentaria en las ciudades están muy vinculadas a la calidad del entorno más inmediato. La contaminación del aire, la dificultad de encontrar alimento saludable, el ruido, la escasez de espacios verdes, entre otros son sólo algunas de las causas que han llevado a estas aves a abandonar a sus viejos amigos los humanos.

Debemos cuidar el aire de nuestras ciudades y mitigar la contaminación del planeta

Estudios científicos difundidos en la revista Frontiers in Ecology en septiembre de 2017, sugieren que la mala calidad del aire y la dieta poco saludable son las causas principales de la mala salud de esta especie y del descenso de su esperanza de vida.

Para la realización de este estudio y con el objetivo de conocer la salud de los gorriones, el equipo liderado por Amparo Herra-Dueñas (investigadora de la Facultad de Biología de la UCM) ha analizado muestras de sangre de gorriones de áreas urbanas, suburbanas y rurales en España.

Según los resultados de los estudios realizados, los gorriones que viven en ciudades sufren más estrés que los que viven en las zonas rurales; esto lo vinculan además a las diferencias observables respecto a la mala calidad del aire y a la mala alimentación.

Las muestras que utilizaron detectaron signos de “estrés oxidativo”, utilizado para conocer en qué medida un factor ambiental debilita las defensas naturales de estas aves. Estos resultados resaltan la importancia de conseguir caminos para mejorar la calidad del aire y de los espacios verdes en los entornos urbanos; además de hacernos reflexionar sobre las formas a través de las cuales planteamos, como sociedad, nuestra presencia en el planeta.