Diferentes estudios realizados han señalado que los malos hábitos causan efectos negativos en la salud y entre ellos se puede mencionar el estrés al que se someten las personas a diario. A continuación, algunos daños que provoca el estrés sobre la piel.
Piel deshidratada
Con el paso de los años nuestra piel va perdiendo su capacidad de retener agua y, por tanto, también de eliminar las toxinas. Los nutrientes transportados por la sangre son desviados hacia los músculos del cuerpo por el estrés que este acumula. Al hacerse lento el flujo sanguíneo, se presenta la deshidratación y, por lo tanto, la escasez de nutrientes.
Envejecimiento acelerado
Cuando se está sometido al estrés hay un aumento inusual en la producción de adrenalina y cortisol, lo cual conlleva a desequilibrios a nivel hormonal e inmunológico. El aumento de cortisol abre el paso a la descomposición de colágeno y elastina, lo que hace que se generen arrugas en forma prematura.