En las aguas del Mediterráneo han confluido las más bellas y mágicas leyendas. El Mare Nostrum, vital para saber quiénes somos y de dónde venimos, siempre ha sido el hogar de historias sobre fantásticos seres. Uno de ellos es el Peix Nicolau ("Pez Nicolás"), donde su leyenda aún es contada a la luz de la hoguera en algunos rincones de Mallorca.

La historia del Peix Nicolau

El Peix Nicolau es una criatura mitad humano y mitad pez que recuerda mucho a los tritones. Se cuenta que Nicolau era un niño que amaba nadar, y se pasaba largo tiempo en el mar.

Su madre, al principio, no le daba importancia a los gustos acuáticos de su hijo. Sin embargo, al ver que pasaba el tiempo y Nicolau no cambiaba el agua por nada en el mundo, lanzó una frase de la que se arrepentiría para siempre: "Hijo, ojalá te conviertas en pez". Lo que parecía un dicho sin importancia, pronto se convirtió en una maldición, que hizo que el pequeño, de repente, perdiera sus piernas por una inmensa cola que recordaba a las sirenas.

Al ver que no podía andar, Nicolau pasó a vivir para siempre en el agua, surcando el Mediterráneo de punta a punta. Incluso la leyenda cuenta que se construyó un palacio en las profundidades marinas y se aparece a aquellos navegantes que se encuentran perdidos o en peligros en alta mar.

Los pescadores de Mallorca creen en el Peix Nicolau

Lo que parece una leyenda sin más, ha sido tomada al pie de la letra por los pescadores de diversos puntos de Mallorca.

Por ejemplo, los pescadores de Pollença y Manacor aún conservan la vieja historia de este hombre-pez , del que se dice que se aparece en los meses de marzo, y que pasa de padres a hijos cual tradición marinera.

Sobre el Peix Nicolau han hablado figuras locales como Mossèn Alcover, pero ha quedado reflejado en varias obras de escritores clave de la Literatura española como Cervantes o Lope de Vega

¿Existe una historia similar en Sicilia?

La historia de Peix Nicolau cobra un cariz misterioso cuando vamos más allá.

Se pueden encontrar casos similares al de Mallorca como el de Francisco de la Vega Casar, más conocido como "el Hombre-Pez de Liérganes". Pero si hay uno que llama la atención por encima de todos por sus grandes concordancias, es el relato que se narra en la zona de Messina, en la isla italiana de Sicilia.

Julio Caro Baroja recoge que en este lugar existía la creencia sobre un niño llamado Nicola que estaba tan obsesionado con el mar que acabó convirtiéndose en pez por culpa de la maldición lanzada por su desquiciada madre.

Sigue contando que Nicola, una vez transformado en una criatura acuática, sorprendía a los pescadores de la zona y, ante la sorpresa de estos, comenzaba a hablarles sobre dónde podían faenar. ¿Nicola es el Peix Nicolau mallorquín?