Constancio Bernaldo de Quirós, figura clave del regeneracionismo español, puso de moda la sierra de Guadarrama con sus excursiones y exploraciones por las montañas madrileñas. Fue un destacado montañero y tiene el mérito de ser uno de los fundadores en 1913 del Club de Alpinismo de Peñalara.

En una de sus obras sobre la sierra de Guadarrama titulada Peñalara. Notas de camino por la sierra de Guadarrama (1905) cuenta una curiosa historia un tanto desconocida en la sierra de Guadarrama. Narra que en aquellos años, las poblaciones de la sierra de Malagón estaban atemorizadas por una extraña mujer que vivía en el pueblo de La Lastra (hoy abandonado) y que bajaba a los pueblos como Santa María de la Alameda o Navalespino para conseguir alimento.

No era mujer corriente, sino que los lugareños decían que poseía unas características diferentes y de ahí el sobrenombre con el que la conocían: la mujer loba de Guadarrama. Se decía que bajaba a las poblaciones cercanas con los lobos y que aullaba junto a ellos, causando estragos entre los desafortunados que se cruzaran en su camino.

Bernaldo de Quirós cuenta que él mismo subió a La Lastra para confirmar las Historias que se contaban sobre esta mujer y los habitantes de este misterioso pueblo. Cuando llegó a esta aldea situada en lo más alto de Malagón (hacía frontera entre la Comunidad de Madrid y Castilla y León), vio que sus vecinos presentaban graves deformaciones físicas.

No le costó mucho trabajo encontrar a la protagonista de las leyendas que se contaban.

Se trataba de una anciana sumida en la miseria con unas deformidades más acentuadas por ser de edad más avanzada. Bernaldo de Quirós, como mente científica y nada supersticioso, relata que la mujer podía padecer cuadros de histeria que provocaran que se comportara como un auténtico animal; también comenta que las deformidades que presentaba junto a los demás vecinos los causaba el bocio, enfermedad que aparece por una mala alimentación.

Hay que tener en cuenta que La Lastra siempre tuvo fama de ser una población maldita, plagada de brujas y espíritus. De hecho, cuenta la leyenda que los vecinos de Robledo de Chavela acudían a La Lastra a cazar brujas, pues era el lugar donde supuestamente se reunían en sus aquelarres para adorar al Diablo.

Quizá esas deformaciones que tenían los habitantes de La Lastra, unido a la ignorancia y a la superstición, era la causa por la que se consideraban practicantes de brujería.

Hoy en día , de La Lastra solo quedan unos muros derruidos y un campanario en estado de ruina, ya que sufrió bombardeos durante la Guerra Civil que borraron la aldea del mapa. Sin embargo, con solo ver las ruinas de La Lastra, se puede vislumbrar las historias que se contaban sobre ella, como los aullidos de la mujer loba que supuestamente causaban pánico en la sierra de Guadarrama.