Hasta el 31 de diciembre se puede visitar esta magna exposición dedicada al provocador artista Andy Warhol, que se ha realizado en colaboración con el Museo Picasso de Málaga, y comisariado por el director artístico de éste, José Lebrero.

El padre del Pop Art siempre intentó acercar sus creaciones a la mayor cantidad de público posible, convirtiendo lo cotidiano en algo digno de admirar, elevando la imagen de una lata de sopa de tomate a arte, con mayúsculas.

Es éste uno de los cuadros más emblemáticos que se pueden disfrutar en la exposición, que cuenta con más de 350 obras para realizar un recorrido completo por la evolución del autor: desde sus inicios como ilustrador de revistas y publicista; pasando por los años 60, cuando debuta como artista con su primera exposición individual en 1962, época en la que encontramos su célebre Sopa Campbell´s o la archiconocida serie de Marilyn; los 70, cuando realiza la gran mayoría de sus retratos, desde Mick Jagger a Mao Zedong; y los 80, sus últimos años, cuando ya ha sido catapultado a la fama mundial.

Cuadros, fotografías, revistas, discos, videos y montajes de todo tipo completan una exposición en la que el universo Warhol te empapa en todo su esplendor.

Llevar el arte a la Luna

Pero hay una adquisición en esta exposición ante la que vale la pena detenerse un momento dada su singularidad. Se trata del conocido como museo Lunar (Moon Museum), una minúscula oblea cerámica que mide poco menos de 1,50 cm. Esta pequeña pieza contiene trabajos artísticos de seis eminentes artistas de la década de los 60.

El proyecto fue ideado por el escultor neoyorquino Forrest "Frosty" Myers, que pretendía mandar la diminuta pieza en la misión del Apolo 12 en 1969. Myers trató de ponerse en contacto con la NASA para que se hicieran cargo oficialmente, pero ésta no mostró un gran interés. Así pues, Myers consiguió que la pieza subiera a bordo de la nave clandestinamente gracias a sus contactos con la EAT (Experimentos en Arte y Tecnología), una organización neoyorquina que ponía en contacto a artistas e ingenieros, y en la que el ingeniero electrónico Fred Waldhauer y su equipo grabaron los dibujos creados por seis artistas en obleas cerámicas.

Los dibujos del Museo Lunar

Si nos acercamos a observar la pieza detenidamente, podemos distinguir la composición de cada uno de los artistas: en la parte superior central, una simple línea realizada por Robert Rauschenberg; a su derecha, un cuadrado negro con finas lineas blancas, de Davis Novros; debajo de ésta, un patrón de figuras geométricas desvela la contribución de John Chamberlain; al lado, en el centro, una representación esquemática del rostro de Mickey Mouse que firma Claes Oldenburg; en la parte inferior izquierda encontramos el dibujo de Myers, hecho a ordenador a partir de un símbolo conocido como "Interconexión"; finalmente, en la parte superior izquierda, Andy Warhol dibujó lo que se supone que son sus iniciales unidas, aunque la imagen se asemeja más a un pene mal dibujado o incluso a una nave espacial, no dejando de lado en ningún momento su afán por provocar.

El ingeniero Waldhauer conocía a un miembro que trabajaba en la misión Apolo 12, el cual accedió a colocar la oblea. Dos días antes del despegue de la nave, Myers recibió un telegrama confirmando que la obra estaba a bordo.

No podemos saber a día de hoy si este "museo en miniatura" sigue descansando en la Luna o no, pero gracias a que se produjeron un pequeño número de piezas, nos podemos acercar a conocer esta interesante y no menos curiosa creación en la que participó el polifacético Andy Warhol, dentro de una exposición altamente recomendable para conocer al artista más de cerca.