Cuando decimos de alguien que actúa como un Cafre, establecemos un símil entre un comportamiento zafio, grosero y bárbaro, con una serie de pueblos africanos de la región Bantú, situada al sur de áfrica, desde debajo del Sáhara hasta el norte de la actual República Sudafricana.
Los Bantú
Los Bantú han estado en esa región desde siglos antes de ser descubiertos y tal vez desde que el hombre es hombre. El nombre de pueblos Cafres proviene de los árabes que en su expansión se encontraron con estos pueblos, Kafir, como los denominaron en árabe, que significa "paganos" dado que su fe es animista y no la musulmana, fe que mantienen hasta la actualidad.
Los árabes denominaron a esta región como Tierras Kafir o tierras paganas, algo los europeos denominamos cafrerías o tierras cafres. Si nos situamos en un mapa del siglo XIX podríamos ver cómo esta región se extiende a toda la parte oriental del sur de Africa. Los árabes que llegaron hasta los distintos pueblos Bantú no lo hicieron precisamente en Son de paz e intentaron imponer su fe, la musulmana, y sus costumbres a los Bantú, que era un pueblo recolector, cazador y ganadero, acostumbrado a las guerras largas, lentas y cruentas contra otros Bantú. Algo que provocó que se resistieran a ser colonizados.
Los árabes hablaban de los Kafir como hombres salvajes
Los árabes que habían vuelto derrotados a sus hogares hablaron de estos Kafir crueles y bárbaros.
Pero no fueron los últimos en toparse con ellos. Posteriormente, en los S.XVIII y XIX los ingleses, los franceses y los portugueses volvieron a enfrentarse a los Cafres y estos son los que, informados por los egipcios de la existencia de ellos, los intentaron colonizar, algo que desembocó en otra serie de luchas y guerras. En este caso los británicos se alzaron con las victorias, aunque estas fueron en muchos casos tremendamente costosas, dado que los Bantú, con flechas y lanzas, mataron a muchos soldados que hacían falta para proteger las tierras conquistadas y, en muchas ocasiones, estos se revelaban contra el conquistador en batallas rápidas y emboscadas en terrenos hostiles.
Los Bantú que no murieron fueron diezmados o esclavizados, muchos fueron pacificados, a la fuerza, pero los cafres pasaron al imaginario popular como esclavos africanos de enorme fuerza, atléticos y muy resistentes ya servían para trabajar en plantaciones de ultramar, parte del servicio doméstico o como el payaso monsieur chocolat.
Salvajes de los que reírse en los circos o especímenes en los zoos de humanos, como el de París en el que se expusieron esclavos de diferentes culturas en réplicas de su hábitats. Como si de animales se tratara, el de París fue uno de muchos de los que hubo por toda Europa.
Nada que ver con la actual Tanzania que fue tierra Bantú, o con otras Tribus. Y este es el origen de la palabra "cafre" que hoy día tenemos en lengua española, que viene a significar bruto, bárbaro o rústico.