La Plaza Mayor de Madrid es uno de los lugares más emblemáticos de la capital. Lugar de obligada visita para los turistas y símbolo de espíritu navideño para los madrileños, reúne unas cuantas curiosidades que muy poca gente conoce.
¿Lugar de ejecuciones en tiempos de la Inquisición?
El cuadro de Francisco Ricci, conservado en el Museo del Prado, en el que se representa un ajusticiamiento en la Plaza Mayor de Madrid, es una verdad a medias. La Inquisición celebraba en la plaza madrileña autos de fe, pero nunca ejecuciones, que se llevaban a cabo en los quemaderos de la Villa o a extramuros de la ciudad.
Las únicas ejecuciones que se llevaban a cabo en la Plaza Mayor eran por tribunales civiles, pero jamás de la Inquisición.
La leyenda de fantasmas en la Plaza Mayor
A pesar de que la realidad dista mucho de lo que se cuenta, es cierto que se realizaron ejecuciones de ladrones y criminales, aunque no de herejes. Esta página negra en la historia de la Plaza Mayor, según los vecinos que viven en sus balcones, aseguran que cuando cae la noche y se va la gente, se pueden escuchar lamentos de todos aquellos que perdieron la vida en la plaza madrileña, así como el arrastre de cadenas propias de prisioneros. Sea real o no, es una curiosidad que los amantes de lo paranormal siempre nombrar al hablar del Madrid embrujado.
Sobrevivió a tres incendios
El enclave madrileño está muy bien conservado, pero a lo largo de su historia ha sufrido todo tipo de penurias, como sobrevivir a tres incendios que hicieron peligrar su existencia. Sucedieron en 1631, en 1672 y en 1790, acabando parcialmente con la construcción. En el primer incendio se llevó a los alrededores del cuerpo incorrupto de San Isidro y las figuras de vírgenes como la Almudena, Atocha o Remedios.
Fue plaza de toros y lugar de recreaciones
La plaza, además de ser espacio y público y lugar de autos de fe y ejecuciones, también estuvo destinada a espectáculos. Es difícil imaginarlo, pero en ella se celebraron corridas de toros que se veían desde los balcones, o también fue escenario de recreaciones históricas que convertían a la Plaza Mayor durante momentos en parajes exóticos o en una máquina del tiempo.
La Navidad transforma la Plaza Mayor
La plaza siempre está atestada de gente, pero recobra otra vida en los días navideños. En la plaza se pueden ver luces de todo tipo, puestos para comprar las típicas bromas o productos navideños para adornar las casas. También se pueden comprar abetos naturales para engalanar los salones durante los días festivos. Como ven, no solo la Puerta del Sol tiene importancia en el Madrid navideño.