Para BlastingTalks - entrevistas exclusivas de Blasting News con líderes empresariales y culturales - entrevistamos a Federico Martinón Torres, Jefe de Servicio Pediatría del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela-CHUS y CEO de GENVIP, un grupo de investigación que combina esfuerzos para mejorar las enfermedades infecciosas a través del huésped, fundamentalmente a través de la prevención de las vacunas y buscando nuevos biomarcadores de tratamientos de prevención.
Blasting News: ¿Qué es GENVIP, y cómo nació la idea?
Federico Martinón Torres: Es un grupo de investigación perteneciente al Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela, que nació en el año 2008.
Fundamentalmente se inició con un equipo multidisciplinar de naturaleza transversal con la conjunción de pediatras, investigadores y genetistas. Surgió con la idea de combinar todos los esfuerzos posibles para mejorar en todos los aspectos las enfermedades infecciosas, fundamentalmente a través de la prevención de las vacunas tanto en la fase de desarrollo químico y ensayos clínicos de vacunas, ya que desde Santiago y a través de GENVIP, hemos creado y dirigimos, la red de España de ensayos clínicos pediátricos, y coordinamos también la red de investigación transaccional.
Nació con la idea de combinar o afrontar las infecciones desde la perspectiva del huésped, es decir, que en vez de fijarnos solo en el microorganismo tratamos de entender las infecciones y alcanzarlas desde la persona, al final cuando nos infectamos no todos respondemos igual ante la misma infección, por lo que tratamos de entender cualquier infección a través del huésped, eso nos permite entenderlos mejor, buscar nuevos biomarcadores de tratamiento de prevención, buscar nuevas dianas de tratamiento y de prevención e incluso también buscar dianas nuevas de entendimiento del funcionamiento de las vacunas con el desarrollo de posibles candidatos vacunales en el contexto de las enfermedades infecciosas y las vacunas.
¿Qué tipo de profesionales integran el grupo de investigación de GENVIP?
Desde que lo creamos ha crecido mucho y ahora mismo es un grupo de 40 personas en el que hay de todos los perfiles. Por supuesto hay pediatras y genetistas, pero también hay farmacólogos, enfermeras, bioinformáticos, matemáticos, epidemiólogos, etc. Todos los perfiles de superespecialización dentro de un grupo en el que tratamos precisamente de utilización de un abordaje totalmente multidisciplinar, es un grupo joven con un factor de impacto muy elevado, competitivo a nivel internacional, en todo lo que tiene que ver en infecciones y vacunas.
¿Con qué tipo de enfermedades pediátricas trabajan?
No solo trabajamos con enfermedades pediátricas, es cierto que yo como investigador principal soy además pediatra y jefe del servicio de pediatría, pero las infecciones no entienden de edades y en este momento nuestra misión es global, aunque nuestra base es todo lo que tiene que ver con la pediatría también realizamos estudios de todas las infecciones independientemente de la edad del paciente, y la búsqueda de biomarcadores, de vacunas, y de soluciones, lo hacemos todo centrándonos en los huéspedes prioritarios de cada una de esas infecciones.
¿Qué ventajas tienen las vacunas en general?
Evidentemente no hay mejor forma de superar una enfermedad que evitando padecerla. La prevención siempre es la mejor opción y no existe ninguna medida más eficaz y más potente en ese sentido. Acabamos de ver el mundo desmoronándose a falta de solo una de las vacunas, la vacuna del Covid, y eso es un ejemplo suficientemente potente del valor que tienen las vacunas y las ventajas que esto tiene.
¿Cómo ha afectado la crisis del Coronavirus a su sector?
En nuestro caso, nosotros llevamos trabajando en infecciones y en infecciones emergentes desde hace mucho tiempo, con lo cual nosotros desde el día cero estamos trabajando en el Covid desde la perspectiva de investigación a través de los diferentes Consorcios de los que formamos parte, de hecho, nosotros dirigíamos la respuesta pediátrica de un Consorcio Europeo, Financiado por la Comisión Europea, que era un estudio de preparación ante una pandemia emergente como fue este caso.
También GENVIP tiene relación con la Organización Mundial de la Salud, de hecho, coordinamos el centro colaborador de la OMS en seguridad vacunal, por lo que a nosotros nos ha supuesto una carga brutal de trabajo y hemos puesto a prueba toda la estructura que habíamos desarrollado a lo largo de todos estos años.
En lo personal y en lo humano nos ha afectado como a todo el mundo, pero desde un punto de vista de trabajo nos ha supuesto un reto y un desafío significativo.
¿Realizan estudios fuera del ámbito pediátrico?
Sí, por ejemplo, es el caso del Covid, hemos estado trabajando desde un principio en diferentes líneas.
Quizás la enfermedad paradigma de nuestro grupo en la que empezamos a trabajar es la meningocócica, una enfermedad que puede afectar a cualquier edad, pero donde tiene mayor incidencia es en la edad pediátrica, y a partir de ahí entender que esa infección no mata a quien quiere, sino que a quien puede, y que existen genes de susceptibilidad y de resistencia a esta terrible enfermedad.
Fuimos evolucionando y expandiendo no solo sobre la misma infección a cualquier grupo de edad sino a cualquier grupo de infección, independientemente de que afecte predominantemente a niños o adultos como es el caso del Covid.
¿Puede contarnos más de su proyecto DIAVIR?
En esta misma línea, lo que hemos ido trabajando a lo largo de estos años, es como digo, en el análisis de las infecciones desde la perspectiva del huésped, de tal manera que en concreto una de las herramientas que utilizamos es la de transcriptómica. Somos capaces de reconocer a través de esa huella transcriptómica (que es en realidad la huella de la expresión génica de la persona infectada), cual es el microorganismo que le está afectando, es decir; en lugar de mirar al microorganismo, miramos al huésped.
Ese mecanismo, ese análisis, y abordaje transcriptómico, lo hemos ido desarrollando para diferentes patógenos, enfermedades, diagnósticos, enfermedades infecciosas, etc., y también nos ha permitido identificar biomarcadores.
Es decir, en concreto DIAVIR se centra en unos biomarcadores que hemos descubierto que nos permiten saber si una persona cuando tiene fiebre es por un virus o por una bacteria, no nos dice que virus o que bacteria, pero es capaz de distinguir con mucha precisión si ese paciente tiene una infección por un virus o una bacteria, lo cual va a determinar nuestra acción inmediata, porque si es una bacteria obligará a un tratamiento antibiótico, y si no lo es evitaremos un tratamiento antibiótico innecesario en un momento que muchos problemas están en la resistencia antimicrobiana.
El problema que tenemos es que, si seguimos utilizando los antibióticos como hasta ahora y abusando de ellos, nos quedaremos sin posibilidades antibióticas a corto plazo.
Por tanto, es un proyecto muy transgresor, muy interesante y competitivo y de alguna manera es la búsqueda del santo grial en el campo de las enfermedades infecciosas, el disponer en minutos de la respuesta, lo normal es un cultivo que puede llevar días, pero con nuestros biomarcadores en pocos minutos podemos saber si esa persona tiene una infección viral o bacteriana y orientar en ese sentido.
De estos biomarcadores patentados estamos en fase de pre incubación con BioIncubaTech, que es una incubadora de alta tecnología de la Universidad de Santiago de Compostela con la idea de hacer una posible spin-off entre la Universidad y el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), para hacer el desarrollo y poder llevar estos biomarcadores a la tecnología adecuada que nos permita utilizarlos a pie del paciente y que estén disponibles para cualquiera que los pueda necesitar.
¿Cómo cree que será el futuro para el sector en el que trabajan?
El proyecto DIAVIR, por ejemplo, es un campo completamente prometedor porque el problema que había hasta hace poco es que era difícil una vez tenías el hallazgo de un biomarcador llevarlo a una tecnología a pie de paciente, sin embargo, ese salto ya se ha producido, y cada vez tenemos más plataformas que permiten incorporar estos biomarcadores a la rutina diaria y eso yo creo que va a ser una revolución.
Somos conscientes de que hay más grupos que trabajan en esta misma línea, pero nosotros llevamos muchos años trabajando y no solo tenemos estos biomarcadores, sino otros muchos en nuestra cartera de posibilidades relacionados no solo con infecciones en particular, sino con la diferenciación de origen viral o bacteriano de las infecciones, o incluso en la identificación específica de determinadas patologías que se pueden confundir con infecciones. En general, todo tipo de síndromes infecciosos. Esto lo hacemos en colaboración con grandes Consorcios Internacionales a través de proyectos con financiación europea.