Nuevas investigaciones han dado un giro a las ideas ya concebidas sobre el coronavirus. Un estudio reciente de la Universidad de Barcelona ha encontrado SARS-CoV-2 en aguas residuales de dicha ciudad. Estas muestras, recogidas el 12 de marzo de 2019, indican que este virus ya estaba circulando en España, mucho antes de que la pandemia se diera a conocer en el mundo.

España declaró el estado de alarma con un avance considerable de la enfermedad

El Gobierno español anunció la etapa de alarma hacia el 14 de marzo de este mismo año. En el momento de tomar esta decisión superaban los 132 muertos y más de 5.000 contagios, deviniendo, luego de Italia, epicentro de la pandemia en Europa.

Las deducciones de estos estudios realizados en la Universidad de Barcelona, lograrían desmostar que el Coronavirus ya estaba en el país mucho antes de comenzar la pandemia mundial.

Se ha puesto en duda que el inicio del coronavirus haya sido en China

Estos resultados darían todo un vuelco a lo que se conoce hoy como el surgimiento de la enfermedad en el mundo. El descubrimiento del coronavirus se ha asociado siempre a la ciudad de Wuhan en China, expandiéndose luego a todo el continente europeo. Los primeros indicios del virus se tienen datados en diciembre de 2019, pero estas nuevas indagaciones que se han hecho en colaboración con Aguas de Barcelona, agitarían la línea temporal de la COVID-19.

Estudios recientes estuvieron asociados a encontrar el coronavirus en heces humanas

Es bien sabido que el coronavirus se propaga principalmente a través del contacto con una persona infectada y las partículas que esta desprende al estornudar, toser o hablar. A pesar de ser una enfermedad de carácter respiratorio, puede también transmitirse mediante excrementos de pacientes enfermos.

En esta dirección han estado vinculadas las investigaciones del Grupo Virus Entéricos de la Universidad de Barcelona.

Este grupo, conformado por cinco científicos, (Gemma Chavarria-Miró, Eduard Anfruns-Estrada, Susana Guix, Rosa María Pintó y Albert Bosch) ha dirigido sus fuerzas hacia el proyecto de vigilancia centinela del SARS-CoV-2.

El objetivo principal de este trabajo es analizar las aguas residuales para detectar la presencia del virus de manera temprana y rápida. Este tipo de estudios ha devenido importante, en tanto se considera sustancial para detectar pacientes asintomáticos, que puedan transmitir la enfermedad.

En este sentido, estos investigadores, como parte del plan centinela y financiados por el proyecto REVEAL de la empresa SUEZ, han estado analizando muestras obtenidas de dos plantas de tratamiento de aguas residuales de la ciudad de Barcelona desde el 13 de abril de 2020. Estas pruebas han develado que los genomas del virus encontradas en dichas aguas negras, coinciden visiblemente con la evolución de la enfermedad en pacientes de la ciudad.

Muestras congeladas revelan increíbles resultados

El equipo de Virus Entéricos, examinaron también muestras anteriores al inicio del control meticuloso que se ha venido realizando. Estos exámenes fundamentaron que, durante los meses previos al pico de la enfermedad, hubo un crecimiento en los genomas encontrados en dichas aguas. Desde el 15 de enero, 41 días antes de la aparición del primer caso en España, ya había presencia del coronavirus en las aguas residuales.

Ante los resultados arrojados por estas pruebas, se analizaron otro grupo de muestras tomadas mucho tiempo antes. Estas extracciones correspondían a un período de tiempo entre enero de 2018 y diciembre de 2019. Casi todas ellas resultaron negativas, pero alarmante fueron los resultados obtenidos de las muestras del 12 marzo de 2019.

En estas últimas, fueron encontrados genomas de SARS-CoV-2 a muy bajos niveles, pero que fueron rotundamente positivos al PCR.

Estas investigaciones realizadas han demostrado que el coronavirus ha podido vivir por un tiempo más amplio del que se conoce entre los españoles, como una enfermedad respiratoria común. Antes de convertirse en pandemia y afectar de manera irreversible la vida de la humanidad, podría haber sido diagnosticado como un virus de menor envergadura o haber convivido entre la gente en personas asintomáticas.