Los expertos han descubierto un calmante para el dolor cuyos efectos duran más tiempo y produce menos adicción que la morfina. Un grupo de investigadores han sido capaces de descubrir un calmante del dolor cuyos efectos duran más tiempo y que produce menos adicción que la morfina, según un artículo publicado en la revista Science Advances y firmado por la Asociación Americana por el Avance de la Ciencia.

Por el momento, este nanoanalgésico ya ha sido probado en roedores y comprobaron como tres versiones de esta nanopartícula de origen natural alivió el dolor cuando era administrado a ratas que tenían las patas infectadas.

115 personas mueren al día por uso de opiáceos en EEUU

Este descubrimiento podría hacer mucho más fácil descubrir nuevos tratamientos contra el dolor intenso que no provoquen los graves problemas secundarios que provoca la morfina, por ejemplo, o a otros opiáceos sintéticos que producen fuertes adicciones.

En Estados Unidos, cada día, mueren unas 115 personas por sobredosis de opiáceos. El hallazgo de los científicos de un analgésico que puede quitar el dolor sin ser tan adictivo es vital para este tipo de enfermos. La base de este descubrimiento científico está en los péptidos pequeños y naturales que hay en el cuerpo, como son las encefalinas, que son capaces de unir a los receptores de opioides, lo que hace que sean una gran opción para poder tratar el dolor ya que activan los ligandos de los receptores de opioides, que son los que crean menos adicción.

Este nanomedicamento ha sido creado usando el neuropéptido Ley-encefalina (LENK), que se encarga de la regulación del dolor en todo el cuerpo. Hasta este momento, el uso de las citadas encefalinas para acabar con el dolor no se había empleado por problemas de tipo farmacocinéticos como puede ser la dificultad que poseen estos péptidos a la hora de cruzar la barrera entre la sangre y el cerebro.

Consiguen una sensibilidad térmica inferior a la del dolor en las pruebas con ratas

Pero, si se une el LENK con escualeno, un importante componente natural que puede ser de origen natural o vegetal, los científicos han sido capaces de crear unas nanopartículas que a través de inyecciones intravenosas se pueden usar en las zonas de dolor. Cuatro horas después de inyectar dicha sustancia en las ratas, se observó una sensibilidad térmica inferior a la del dolor y el efecto duraba más que con otros calmantes.