Es una de las mayores preocupaciones para los expertos. Se trata de un virus que se transmite a través del consumo de carne en mal estado o a través de los fluidos corporales. Este virus causa una enfermedad de tipo neurológico que provoca que los ciervos acaban comportándose como “zombies” y hay posibilidades de que se pueda transmitir a los seres humanos.

El virus recibe el nombre de caquexia crónica

Esta enfermedad tiene un nombre determinado: caquexia crónica; aunque es más conocida como el virus “zombie” de los ciervos, aunque ya se han encontrado algunos casos en alces, venados y renos, entre otros mamíferos que suelen vivir al aire libre.

Algunos de los síntomas que provoca es una delgadez extrema en los mamíferos, realización de movimientos de manera errática y no tienen miedo a los humanos como suele ser habitual, según un artículo publicado en el periódico New York Post.

Según un estudio que se ha hecho publico por parte del CDC (Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades), el virus ya ha sido identificado en un total de 24 estados de Estados Unidos (siendo Nueva York uno de ellos) y en países como Finlandia, Noruega y Corea del Sur.

Según el director del CDC, Michael Osterholm, los casos en humanos, en un futuro próximo, podrían ser numerosos y no aislados, como se pensaba en un primer momento. La enfermedad, por el momento, no se ha diagnosticado en humanos, pero los científicos expertos de la Universidad de Minnesota ya han puesto la alerta en la posibilidad de que este virus se pueda transmitir a través del consumo de carne en mal estado a lo largo de estos próximos años.

Los síntomas han tardado un año en aparecer en algunos casos

Por otro lado, aconsejan que la caquexia crónica sea considerada un problema de salud pública y no solo medioambiental como es hasta el momento. La principal razón es que este virus se transmite a través de los fluidos corporales como pueden ser la saliva, la orina o la sangre; y, el principal problema es que queda latente en el ambiente por un período largo de tiempo, lo que puede provocar que un animal muerto se pueda contagiar y acabe en nuestra cadena alimenticia.

A pesar de los estudios, no se ha descubierto un tratamiento para la caquexia crónica y, en algunos casos, los síntomas han aparecido un año después del contagio. Esto provoca serias dificultades a la hora de poder estudiar el virus y su posible contagio en humanos.