Un estudio realizado a un grupo de nativos de distintas partes de Indonesia declara que los seres humanos pueden adaptarse genéticamente al buceo. Después de desarrollar diferentes estudios físicos y varias entrevistas, se aporta evidencia a que estas personas tienen el bazo agrandado genéticamente, lo que hace que puedan bucear a unas profundidades de hasta 70 metros.
¿Cómo lo hacen?
La probabilidad de que el órgano del bazo llevara a cabo este papel ha estado presente durante años de investigación, pero la proporción entre su tamaño y el buceo de larga duración hacía que la idea pareciera imposible en humanos antes de esta examinación y alteración genética.
Tras la publicación de este estudio por parte de la revista científica 'Cell', se han empezado a desarrollar nuevos pensamientos sobre este análisis, donde también se llega a relacionar esta modificación genética con la enfermedad Hipoxia aguda, que es una depleción rápida del oxígeno a nuestro nivel tisular, siendo desarrollada por asfixia, obstrucción de la vía aérea o una hemorragia aguda.
Cuando el ser humano se sumerge en aguas frías, aunque sea por poco tiempo, el bazo actúa como método de ayuda al cuerpo, donde se almacena oxígeno de manera privada. El bazo se contrae, haciendo que los vasos sanguíneos reduzcan la circulación de sangre en el resto del cuerpo y sólo lo hagan en órganos vitales además de que la frecuencia cardíaca se vuelve más lenta.
La contracción del bazo crea un crecimiento de expulsión de oxígeno y por ello de glóbulos rojos en la circulación oxigenada, y este aumento de oxígeno prolonga nuestro tiempo de inmersión.
Tras varios meses de estudios en distintos lugares de Indonesia y con la ayuda de distinguidos grupos de nativos además de los Bajau, la doctora Melisa Ilardo demostró que los Bajau tenían un bazo un 50% más grande y desarrollado que por ejemplo los los Saluan, otra agrupación de la zona.
Siendo este grande, no sólo en los miembros que buceaban si no también en el resto de personas del grupo que no lo hacían. Este grupo de científicos llegados de universidades como Cambridge, Copenhague o Berkeley, descubrieron que los miembros de uántoajau tienen un gen llamado PDE10A que los demás grupos como Saluan no tienen, y se cree que por ello el gen PDE10A controla los niveles de la hormona tiroidea T4 que hace que aumente el tamaño del órgano del bazo.
¿Quiénes con los Bajau?
También conocidos como 'nómadas del mar', el grupo étnico de la parte meridional de Filipinas ha viajado durante miles de años por los mares asiáticos mediante casas flotantes y ha hecho del buceo y la pesca su principal fuente de alimentación. Son famosos en toda la región por mantener la respiración, pudiendo sumergirse hasta 70 metros con nada más de que un par de gafas de madera. No se sabe exactamente cuánto pueden permanecer debajo del agua, pero uno de los miembros del grupo, declaró a la investigadora Melisa Ilardo, que había llegado a aguantar hasta 13 minutos. La doctora llegó a la conclusión y consideración de que la tribu de los Bajau, había desarrollado genéticamente y con el tiempo el bazo humano, para poder satisfacer sus necesidades alimenticias. Por ello llegó a deducir que si la selección actuaba en otros animales, podría potencialmente hacerlo en los seres humanos.