Muchos personas con afinidad por las mascotas, especialmente por los perros y gatos manifiestan la inquietud sobre si su mascota padece Dolor y como puede hacerse para identificar este síntoma.
Médicos veterinarios interesados por el tema han orientado sus esfuerzos en la evaluación del dolor en animales domésticos, con el objeto de ofrecer alternativas de analgesia adecuadas a cada paciente según sus necesidades.
Dolor o nocicepción
Según la Asociación Internacional para el estudio del Dolor, el dolor es definido como una sensación desagradable asociada a un daño real o potencial de los tejidos, que implica además un componente emocional, el cual por razones obvias es difícil de caracterizar en pacientes animales.
Entonces, entra en juego la controversia sobre si los animales sienten “dolor” o si bien el término más adecuado para definir las sensaciones dolorosas en animales es “nocicepción”, el cual hace referencia a la serie de cambios eléctricos y bioquímicos que suceden en el organismo una vez que existe la exposición a un estímulo lesivo.
Sea como sea, la incapacidad verbal para expresar la sensación dolorosa no elimina la posibilidad de que exista sufrimiento, por lo tanto, el médico tratante debe asumir esta situación y ofrecer las alternativas terapéuticas mas adecuadas para garantizar el alivio
Escalas de dolor
Basados en la “teoría antropomórfica” (Si a usted le duele a su mascota también) y en las similitudes neuroanatómicas existentes entre el ser humano y los animales, se han creado escalas para valorar el dolor en los animales.
Estos instrumentos de medición de la sensación dolorosa consideran algunos parámetros fisiológicos como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la vocalización, el apetito y la dilatación de la pupila y otros un tanto subjetivos como son los aspectos conductuales referidos a la actividad, la interacción con el ambiente, la palpación o presión de zonas lesionadas y los rasgos faciales.
Cada ítem o pregunta de las escalas posee una puntuación mínima y máxima en función de los cambios observados en comparación con un paciente sano o sin dolor, donde el valor mínimo representa el mejor estado de confort y el valor máximo un dolor insoportable.
Si bien se requiere cierta experiencia en el uso de las escalas de dolor y conocimiento de las conductas normales de cada especie, la mayoría de estos instrumentos de medición han sido científicamente validados y cuentan con soportes de confiabilidad estadística que les otorgan un carácter científico de relevancia, al punto de ser considerados en importantes publicaciones científicas a nivel mundial relacionadas con el estudio de dolor en animales.