Pedro Arrojo, doctor en Físicas, afirma que el diagnóstico de esta situación global del agua es la convergencia de dos grandes fallos que son la "insostenibilidad" que hemos producido en "nuestros sistemas acuáticos con la inequidad y pobreza". Sobre ese doble fallo en los últimos tiempos "actúa la mala gobernanza de los servicios básicos de agua y saneamiento". En un mundo globalizado en el que se está ensayando el "modelo neoliberal" se ha glorificado más allá de lo razonable el papel de los mercados. “Hay muchas cosas que ni se compran ni se venden”, incide.

En esa dinámica, continúa el profesor, ha habido una tentación puesto que el agua de calidad "la hemos hecho escasa y es muy útil e imprescindible para la vida". Por ello, la tentación "es transformarla en negocio". Ha habido unas "enormes presiones privatizadoras de los servicios públicos", indica.

En esa coyuntura glorificando el papel del mercado "se han privatizado servicios que probablemente no se deberían privatizar ni transformar en negocio porque están en juego derechos humanos y ciudadanos que deben ser de acceso universal", comenta.

Explica que si una persona es pobre no es ético "transformarla en cliente en vez de ciudadano" porque significará dejarla al margen en "sus derechos básicos y eso provocará más vulnerabilidad en los más pobres", explica el profesor.