El físico del aire, José Miguel Viñas, recuerda que en el año 340 antes de Cristo Aristóteles recopila todo el conocimiento científico relacionado con la meteorología en un libro llamado “Los Metrológicos” donde se sientan las bases del conocimiento antiguo de los "fenómenos celestes y atmosféricos". Lo curioso es que ese libro al estar basado en la experiencia de Aristóteles "es puro empirismo pero marca el conocimiento meteorológico prácticamente hasta el Renacimiento".
El físico recalca que era el "tratado por excelencia" aunque no el único libro que abordaba cuestiones de meteorología.
Ese libro igual que otros muchos libros de la Antigua Grecia se "destruye en el incendio de la biblioteca de Alejandría y gracias a los musulmanes se rescatan muchos de esos textos y después la escuela de traductores de Toledo los vuelve a traducir al latín". "Esos textos se distribuyen por las universidades europeas gracias a la labor de los traductores", puntualiza.
Había otros libros como, por ejemplo, “Las Cuestiones Naturales” de Séneca donde aborda "cuestiones meteorológicas y de la atmosfera de una manera muy descriptiva y muy fantasiosa en ocasiones", explica el físico del aire.