El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la niña en la ciencia; y durante todo el mes, se sucederán las actividades relacionadas con este tema. Exposiciones, conferencias y talleres celebrados a lo largo y ancho del país conmemorarán el trabajo de las investigadoras, pero también reivindicarán el papel de la mujer en la Ciencia.
Referentes en España no nos faltan. Un buen ejemplo es Margarita Salas, investigadora y bióloga molecular —conocida como la Marie Curie española—, que el pasado 5 de febrero se reencontró con el legado depositado en la Cámara de las Letras del instituto Cervantes.
La doctora en bioquímica, nacida en Asturias en 1938, ha abierto la caja número 1568 en la que hace diez años depositó dos cuadernos con anotaciones de su trabajo realizado en los años 60 con Severo Ochoa.
Abriendo el camino a las mujeres de ciencia
Pionera en muchos campos, fue la primera mujer en dejar su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. La institución destinó en 2007 la antigua cámara acorazada de su sede central (otrora sede del Banco Central) para custodiar la memoria cultural de la lengua española. El escritor Francisco Ayala fue el encargado de inaugurar esta particular cápsula del tiempo, que en su caso no será abierta hasta el año 2057. Hasta entonces, no sabremos qué es lo que contiene.
Por su parte, Margarita Salas, se ha mostrado entusiasmada al serle devuelto el legado y ha declarado que ahora tiene la necesidad de “verlo, tocarlo y tenerlo para disfrutarlo también”. Es su legado de hace 50 años. Durante el evento, ha restado importancia a las comparaciones con Marie Curie, que tilda de exageraciones: “Yo soy una investigadora que, evidentemente, fui la primera en muchas cosas, pero eso es todo.
Y soy muy trabajadora, me apasiona la ciencia y por eso sigo adelante”, en declaraciones a EFE.
Sin embargo, hay que reconocer la importancia que su trayectoria tiene para las mujeres Científicas en nuestro país, que abrieron el camino a muchas de ellas. Salas comenzó su tesis en 1961 y, según sus declaraciones a la Cadena COPE, “con mucha dificultad (…) cuando yo empecé mi tesis se pensaba que las mujeres no valíamos para hacer investigación, por eso sufrí bastante”.
Hoy, reconoce sentir mucha alegría al ver que hay tantas chicas estudiando ciencias en la universidad. “Cuando yo estudié química en la Complutense éramos un tercio del alumnado ya. Lo que pasa es que la mayoría no continuaban la carrera profesional. Se casaban, tenían familia….ahora hay más chicas que chicos haciendo tesis doctoral”, comenta en una entrevista a Cadena COPE.
Cuando dio el salto a Nueva York —en 1964— para trabajar con Severo Ochoa, comenzó a sentirse valorada. Según ella misma ha declarado, Severo Ochoa la trató como persona, independientemente de su condición de mujer. Parte del trabajo que realizó con Ochoa en Nueva York es precisamente lo que la Marie Curie española ha rescatado de su cápsula del tiempo en el Instituto Cervantes.
Ciencia y Arte
Los cuadernos de Margarita Salas contienen dos descubrimientos que hoy la colocan en los libros de texto: estableció que el ADN se leía de izquierda a derecha, de cinco prima a tres prima en lenguaje bioquímicos. La importancia de este hallazgo radica en que según la dirección de la lectura el resultado es de proteínas distintas. Además, encontró dos proteínas —desconocidas hasta el momento y que ella localizó en bacterias— que eran necesarias para iniciar correctamente la síntesis de proteínas y que después se comprobó que se trataba de un proceso universal. Sobre estas líneas, el lector encontrará un vídeo en el que la propia Margarita habla de sus descubrimientos. La pieza audiovisual se titula 'Binomio.
Diálogos entre Arte y Ciencia'. Es una iniciativa del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) cuya primera edición tiene como protagonistas a Margarita Salas y la artista Eva Loozt. Iniciativas como esta pueden ayudar a superar la invisibilidad de las mujeres en la ciencia.