Elena Giner y Teresa Girona, autoras del libro 'La Grafología', sostienen que el acto de escribir es "fijar sobre el papel una serie de gestos pequeños". "El lenguaje escrito es una modalidad del tratamiento de la información, pero escribir es un acto tan común e interiorizado, que rara vez pensamos en la complejidad y la precisión que implica realizarlo". En este sentido, las autoras del texto señalan que el modelo gráfico aparece por la necesidad de transcribir un mensaje que proviene del pensamiento y de la memoria, de la imaginación y del entorno que rodea al individuo, y que es percibido mediante alguno de los canales sensoriales".

Giner y Girona, asimismo, apunta que cada escritura es un acto "intrínseco, íntimo e individual que refleja la personalidad, las inquietudes, las habilidades y las carencias que la conforman". "Ningún grafismo es igual a otro"- señalan- "ni puede ser totalmente reproducido porque nadie puede desterrar los rasgos propios de la escritura ni adoptar los de otro individuo de manera absoluta y plena". Las autoras del libro defienden que, en este sentido, la grafología es un hecho "que permite extraer las características piscológicas del individuo analizado".