Herman Joseph Muller y Bárbara Mc Clintcock son dos científicos que en los años 30 del pasado siglo descubrieron los telomeros, se trata de una especie de pequeños tapones que se encuentran en los extremos de los cromosomas con el fin de servir de garantes para su estabilidad estructural.

Con el tiempo, diversos estudios han llegado a la conclusión de que los telomeros son los responsables del envejecimiento, ya que actúan como relojes internos del organismo, a lo largo de su vida, los telomeros se van acortando, lo que reduce el número de divisiones celulares hasta llegar a un momento en el que se convierten en tan pequeños y estrechos que la célula deja de dividirse o muere.

Son muchos los intentos que se han hecho para revertir el proceso de acortamiento de los telomeros, o lo que es lo mismo para revertir el proceso de envejecimiento del cuerpo. Para hacernos una idea de la magnitud de estudios existentes podemos decir que existen más de 16.000 artículos científicos sobre el tema.

De momento parece ser que un equipo de la Universidad de Stanford, liderado por Helen Blau, ha dado con la técnica más eficaz para alargar los telomeros y retrasar así el reloj interno de las células (lo que permitiría ganar años de vida). Su técnica se basa en permitir un alargamiento solo temporal en hasta tres aplicaciones de RNA (ácido Ribonucleico) que modifica el ADN, lo que reduce los posibles efectos secundarios que podrían llevar a las células a reproducirse indefinidamente y causar cáncer.