Carlos Ruíz Idígoras, imputado por nueve delitos de Abusos sexuales a nueve niños a los que daba clase en el colegio Vallmont, de la localidad madrileña de Villanueva del Pardillo. Finalmente, ha sido condenado por la sección séptima de la Audiencia Provincial a una pena de 45 años y nueve meses de prisión, al haber sido encontrado culpable de los delitos imputados. También, ha sido inhabilitado por el mismo período de tiempo, para trabajar como profesor o para ejercer cualquier profesión relacionada o que tenga contacto con menores de edad.

Vejaciones a otros tres menores

No ha sido condenado, en cambio, por las faltas de vejaciones que supuestamente, habría cometidos sobre otros tres menores, ya que las mismas han quedado despenalizadas y tampoco, se le ha encontrado culpable de otro delito de abuso sexual continuado hacia otro menor del que también había sido acusado. Sí se le Condena, por otra parte, a indemnizar a las víctimas con la suma de 49.500 euros y se declara al Colegio Vallmont, responsable civil subsidiario, de acuerdo con el código Penal

Se ha considerado probado, así, con la sentencia, que Carlos Ruíz Idígoras, se aprovechó de su condición de profesor y tutor de las víctimas, de entre 8 y 10 años de edad, para realizar diversos abusos sexuales como tocamientos tanto por encima, como por debajo de la ropa.

La sala ha tenido en cuenta el testimonio de los menores como parte fundamental de la pena, ya que en ningún caso las declaraciones de los menores han incurrido en contradicciones y se han mantenido fieles al relato inicial en todo momento, exponiendo los hechos de forma clara y concreta.

Pena de 45 años

Los magistrados, también, han tenido en cuenta el agravante de continuidad, al quedar probado que el condenado realizó una actividad continuada en el tiempo y con diferentes frecuencias sobre los menores, que en todos los casos describieron la conducta como, habitual.

De todos modos, pese a la pena de 45 años y nueve meses de cárcel, Idígoras no pasará en la cárcel más que el triple de la pena más grave de las impuestas, que corresponde a cinco años y un mes de prisión, por lo permanecerá internado en un centro penitenciario durante quince años y tres meses.