Andrea muere tras serle suministrada la segunda dosis de la vacuna del Virus Papiloma Humano (VPH), Gardasil. Ocurrió en el Hospital General de Oviedo, Asturias, el 8 de septiembre del 2012 cuando fue víctima de una fuerte crisis asmática. Tan sólo tenía 13 años. Los médicos de atención primaria que suministraron la segunda dosis de VPH son exculpados por la Consejería de Sanidad a pesar de que, tras la primera dosis, habían observado daños.
Fue por esto que, un grupo de médicos, cuya honestidad fue clara, comenzaron a investigar la muerte de Andrea pero, curiosamente, el día 1 de enero del 2013, sus contratos administrativos, fueron cesados.
Todo hace suponer que fue el Gobierno quien, premeditadamente, boicoteó tal investigación.
El Centro de Farmacovigilancia del Principado de Asturias y, tras una reacción contraria al VPH por la que Andrea perdió la vida, abrió un expediente cuyo contenido se desconoce y que aún permanece en el citado Centro. Como resultado, y tras la reclamación efectuada por los padres de Andrea, éstos reciben la "Resolución de la Consejería de Sanidad del Principado". En ella, la Consejería se sacude las pulgas al igual que lo hace con los laboratorios fabricantes de VPH: Sanofi, Merck, Pasteur y Sharp&Dohme. Tanto el Gobierno de la comunidad asturiana como el propio Sanofi, persisten en asegurar la validez y seguridad del VPH.
Cuando se empezó a comercializar la vacuna, se aseguraba inmunización. ¿Por qué ahora Sanidad confiesa desconocer cuánto va a durar la protección?
A partir del fallecimiento de la menor, y desde enero del 2013, el Gobierno no tardó en sustituir la VPH de Gardasil por la de Cervarix, de GlaxoSmithKline. ¿Qué observaron en la de Gardasil?
Sin embargo, sea cual fuere la marca, este y otros estamentos oficiales siguen sin cuestionarse los efectos de la vacuna. A la vista está. Las víctimas siguen aumentando.
Componentes de la VPH: "0,78 mg de L-histidina, 50 mcg de polisorbato 80 y 35 mcg de borato de sodio, 225 mcg de aluminio (sulfato de aluminio amorfo hidroxifosfato adyuvante,".
Tales ingredientes no son contemplados en los Centros de Control de Enfermedades de EE.UU. La población, tiene derecho a conocer estos datos a fin de evitar posibles riesgos de reacciones alérgicas o hipersensibilidad en general a cualquiera de tales componentes.
Sea como fuere, siguen jugando con nuestras vidas sin ningún tipo de escrúpulo. Engaños, ocultaciones, esterilizaciones masivas. Y se sigue temiendo que la VPH siga causando tan nefastas consecuencias.