Muchas son las personas que añaden a su currículum:"poseo inteligencia emocional", "autocontrol","control emocional", "gestión de mis sentimientos", etc. Nos podemos encontrar miles de expresiones que intentan, en cierta manera, transmitir cuál es nuestro mundo interior, un universo tan valorado por la sociedad que ha provocado gran interés a nivel global. Pero, ¿realmente qué es la inteligencia emocional?, ¿qué es el mundo de las emociones? Según Daniel Goleman, doctorado en Harvard, "La inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental, etc.

Ellas configuran rasgos del carácter que resultan indispensables para una buena y creativa vida social".

Vale, genial, hasta aquí todo claro, pero, ¿cómo podemos lograr, en cierto modo, una inteligencia emocional si muchas veces actuamos sin más, sin evaluar nuestro espacio más personal, sin conocer nuestras emociones?

Es importante comprender las diferencias entre emoción y sentimiento. Las emociones son manifestaciones más espontaneas, rápidas, sorprendentes y momentáneas, mientras que los sentimientos son una fase que puede venir de una emoción fugaz, y se queda ahí, dentro de nosotros. Además, se tiene que tener en cuenta que las emociones son la esencia de nuestras vidas y que encontramos la dificultad de conocerlas y, a su vez, expresarlas por su propia naturaleza inmaterial.

Entonces, ¿qué suele hacer la gente para transmitir estas emociones? Por lo general, se recurre a la materialización de dicha emoción para mejorar su comprensión, por ejemplo: escribir en un diario, hacer un regalo, dar un abrazo o, incluso, en situaciones en las que se descontrolan dichas emociones, reaccionar de forma agresiva.

Una de las formas que yo he utilizado a lo largo del año para conocer mejor el mundo interior de las personas es leyendo y escribiendo sobre lo que siento cuando leo, empaparme de diferentes universos emocionales y, después, describir qué he experimentado en ese momento. Para realizar esta actividad, puse en práctica un método que adquirí del proyecto "Universo emocional" de Eduardo Punset.

Este proyecto ha logrado crear diferentes mapas de las emociones más importantes y, desde ellas, desglosar emociones que subyacen de ellas. Las galaxias emocionales más importantes son: felicidad, amor, alegría, tristeza, ira y miedo. También, cabe comentar que todas las emociones son buenas, depende de la manera con que las integramos en nuestras vidas y de los efectos que logramos con ellas. Para ello, hay que tener una voluntad de bienestar a la hora de enfrentarnos a estados emocionales positivos, negativos o neutros.

Por lo tanto, con la ayuda del mapa emocional del proyecto "Universo emocional" y con preguntas que me iba planteando, evaluaba cómo reaccionaba ante las diferentes metas y obstáculos a los que se enfrentaban los personajes de los libros que leía. Gracias a este pequeño análisis, llegué a conocer la gran variedad de emociones que siente una persona, llegué a conocerme mejor.