Cualquier cuidadano merece lo mejor de su nación, y esto se plasma en todo el mundo. Distintos países, distintas culturas, distintas formas de pensar que conllevan siempre un pensamiento de igualdad. Todos por igual, sin pasar necesidad, penurias o tal vez hambre. Concepto, que abarca muchos factores y que es generado por un mal gobierno.

Venezuela, como cualquier otro país, posee características propias, siendo un país rico en cultivo, flora, fauna, y su bien más preciado, el oro negro. Características que hacen icónico este territorio tricolor.

Sin embargo, en la actualidad, el centro del Huracán no es su bello trópico o su cultura particular, Sino más bien; la crisis económica, que por una mala gestión gubernamental, se ha visto en un déficit brutal de necesidad, siendo el pueblo el mayor perjudicado por estos actos.

Un país con necesidad básica; comida, seguridad y sueldo digno. Además, una inflación de las más altas actualmente, que simplemente está fuera de control. Corrupción que inicia desde los cargos más importantes y que finalmente acaban de manera general.

Distintos problemas que cada venezolano quieren que se solucionen, para así dejar de sufrir día a día, preocupados por la inflación que consume el sueldo mensual en una semana, debido a que estos acuden a el mercado informal, donde los precios son exorbitantes, ya que en los supermercados no hay abastecimiento.

De igual forma, esta nación diariamente cae ante el dólar estadounidense, siendo esta una de las causas de tal inflación elevada, por escasez de divisas y un mal control del mismo, que hasta el día de hoy no parece tener ningún impedimento para seguir aumentado su valor. Más allá de estos problemas, hay que tener en cuenta que la verdad siempre la quieren maquillar, y mantenerse en el poder es su único fin.

La tricolor, pide a gritos un cambio, que en los últimos tres meses ha buscado a través de protestas y manifestaciones en la calle. Pueblo cansado de tanta necesidad que decidió buscar la salida para una mejor Venezuela. Sin embargo, estos actos solo han dejado muertos y heridos que lucharon con valentía y fervor por un mejor futuro.

La Venezuela ideal, donde la inseguridad no es un problema diario. Una nación en la cual la comida no es una preocupación. Un territorio donde la superación siempre sea la meta a cumplir, y no culminar una cola con la posibilidad de comprar pan para sustentar el hambre.

Venezuela no quiere sufrir más…