Los niños, y no tan niños, de los Estados Unidos sueñan en su gran mayoría con ser los felices nuevos poseedores de uno de los que se van a convertir en el regalo estrella de esta navidades: los drones. Estos pequeños robots voladores están causando furor entre los adolescentes, que le piden a sus padres uno para estas fiestas. Los que son algo mayores tampoco se quedan a la zaga, pero estos ya buscan los modelos con mayor grado de sofisticación, cuyo precio se eleva casi tanto como los propios "juguetes de alto standing".
La empresa UAV-RC está especialmente contenta con este espectacular aumento inesperado de las cifras que se prevén de ventas.
Hasta el punto de que su producción ha aumentado tanto que la plantilla de empleados se ha visto multiplicada por 100 en los últimos ocho años. Uno de sus vendedores en EEUU, Tony Mendoza, explicaba que tienen drones de todos los precios, desde los más simples, para niños y padres que quieren regalar lo que todos buscan este año sin gastar demasiado, que rondan los 25 dólares, hasta los aparatos con mayores características técnicas, como lo de poderlos parar en vuelo como si estuviera suspendido ingrávidamente. Estos alcanzan precios desorbitados, que solo se pueden permitir aquellos que disponen de un presupuesto prohibitivo para la mayoría de progenitores.
Lo más habitual es que el ciudadano normal de a pie piense que estos aparatos son herramientas para uso militar, experimentos en desarrollo que investigan la forma de introducirse entre las filas del enemigo para vigilarlos sin que apenas sean descubiertos.
Pero aunque así fuera en sus inicios, actualmente se han generalizado tanto que ya se podrán ver muy pronto sobrevolando los cielos de todos los parques neoyorquinos y de la gran mayoría de los que hay repartidos por todo el país. Para hacer una comparación, va a ser como lo que representó hace unos cuantos años los coches teledirigidos, que los habían desde muy baratos, eléctricos y con pocas funciones, hasta los de motor de gasolina con gran cantidad de movimientos para controlar.
Esto va a generar un problema para la Administración Federal de Aviación de EEUU (FAA), que es la que regula el espacio aéreo estadounidense, que ya de por sí está bastante saturado. En palabras de Lisa Ellman, ex-consejera de la Casa Blanca, lo más importante en este tema de los drones es ser consciente del entorno y operarlos de forma segura y con la certeza de que no va a dañar a nadie que se encuentre cerca de la zona donde se esté manipulando.
Otro problema que esperan tener las autoridades es el aumento de las denuncias por invasión de la intimidad, ya que estos pequeños piratas aéreos pueden llevar instalada una cámara en su estructura, y ya se sabe, si se tiene la posibilidad de espiar a tu vecina cuando sale a la terraza a tomar el sol...
Se recomienda hacer un cursillo para aprender a manejarlo correctamente y evitarse así tanto generar algún daño a los transeúntes como la pérdida del propio dron por estrellarse contra el suelo o alguna pared o árbol del parque, o que caiga al agua y muera repentinamente. Y aprender a configurarlo correctamente, como la calibración adecuada de la brújula incorporada, o la no interferencia del GPS al instalarle accesorios o pinturas metálicos que le den datos erróneos y no funcione como debiera.