Martillo pilón, eso han sido estos Warriors de Curry y Durant en unos playoffs que pasarán a la historia. Están marcando una época y a los aficionados al baloncesto solo les queda aplaudir y seguir disfrutando de un equipo al que aún le quedan por delante más noches para deleitarnos. Después de superar el 72-10 de los Bulls de Michael Jordan, ahora saltan la banca con un increíble 12-0 tras aniquilar a Blazers, Jazz y ahora Spurs, y se convierten en el primer equipo en hacerlo desde que se impusiera también la primera ronda a siete partidos. De paso, tercer título de Conferencia Oeste consecutivo.

No hubo sorpresas, por más que Ginóbili se empeñara y Kyle Anderson quisiera demostrar que San Antonio aún no había dicho su última palabra. Pero no pudieron ante la incontestable máquina de anotar que es Golden State Warriors, en especial Stephen Curry (36+5+6) y Kevin Durant (29+12+4). Entre los dos, 65 puntos. El dos veces MVP fue un quebradero de cabeza para la defensa de Popovich, que sufrió una y otra vez sus constantes penetraciones. KD no se quedó atrás.

Hay que echar la vista atrás para ver otra serie igual con San Antonio como perdedor. Desde 2010 no perdían los de Popovich una serie por 4-0, ante los Suns, y solo había ocurrido en dos ocasiones más (ambas ante Lakers). La lesión de Kawhi, junto a las bajas de Parker y Lee pusieron aún más fácil la final a Golden State, que no desaprovechó la oportunidad de ganar y contar así con más de una semana de descanso hasta las finales, que comenzarán el 1 de junio en el Oracle Arena.

El rival está por ver, pero todo lo que no sea un Warriors-Cavs sería toda una sorpresa.

Fue un partido sin historia, más allá de la que hacían los de Mike Brown. Desde el primer cuarto pusieron una marcha más que su rival, cuya voluntad no iba de la mano con el acierto. Para colmo, jugadores como Aldridge o Green no dieron ese paso adelante que necesitaba su equipo.

Especialmente llamativo es el bajón de LaMarcus, desaparecido en esta serie desde la lesión de Kawhi en el primer partido, precisamente es cuando se le exigía asumir un rol mayor y el texano no ha respondido.

Premió Popovich a Ginóbili tras su estelar actuación en el tercer partido con la titularidad en el que podría haber sido su último encuentro en el AT&T Center, que le despidió con ovación cuando fue cambiado en el último cuarto (su banquillo y los rivales también se sumaron a los aplausos).

El argentino respondió con 15 puntos y líder sobre la cancha de los suyos, que contaron con un inesperado máximo anotador, un Kyle Anderson que sumó 20 puntos y dejó muestras de lo que puede dar en San Antonio en los próximo años. Más allá de todo esto, entrar a analizar el duelo no tendría sentido, más allá de recalcar que no lo hubo, las diferencias fueron demasiado amplias, las plantillas a día de hoy no están equilibradas.

Los Warriors, leyenda NBA

Por delante le queda a Golden State un último escalón, ese que podría encumbrarle al paraíso y convertirle, quién sabe, en el mejor equipo de la historia de los playoffs. Solo tiene por delante a los Lakers de Kobe y Shaq, que firmaron un 15-1 en 2001 y no sería extraño que Curry y compañía también se llevaran ese récord para un equipo que ya es leyenda de la NBA.