Media decena de patos y cisnes se acercan nerviosos a la orilla del lago de lucerna, en Suiza. Un hombre asiático les espera con migas de pan, tendrá unos 50 años y desafía, con cierta ternura, a las aves. Su objetivo: alimentarlas sin resbalarse y evitar tocar suelo con su trasero. No lo consigue. El que parece el cisne alfa se le arrima más de lo esperado. Le pilla por sorpresa, sus pies patinan en la piedra húmeda y cae.
Se ríe como si del mejor chiste se tratara. No pasa nada, según parece, una culada resguardado por los Alpes no duele, solo impresiona.
Pocos metros más al fondo, ya en el paseo que bordea el lago con las montañas como decorado, dos mujeres toman el sol en bikini y un grupo de jóvenes locales, no mayores de 30 años, charlan con un Martini en la mano. Lo hacen en la terraza del Hotel National, que con los establecimientos vecinos, todos situados en la orilla del lago, forman el grupo de alojamientos más emblemático y caro de la ciudad.
Nueve millones de turistas al año
Lucerna se encuentra a menos de sesenta kilómetros del sur de Zúrich y a día de hoy es una de las ciudades más visitadas del país.
Nueve millones de turistas pasean por sus calles cada año, embaucados por el sobrecogedor panorama alpino. No sería extraño esperar la llegada de Heidi en cualquier momento, atravesando los Alpes acompañada de su conejo Nicanor.
A pesar de que estas montañas constituyen una de las mayores atracciones turísticas del lugar, el Kapellbrüke es la construcción más visitada de Lucerna por los turistas. Es un puente que atraviesa el río Reuss y une una parte de la ciudad con otra. Se dice que después del monte Cervino, es uno de los lugares más fotografiados de todo Suiza.
Vecina de Zúrich
Y si se cruza hacia el lado de la estación, en menos de una hora en tren está Zúrich, la ciudad más grande del país.
A pesar de no ser la capital, título que pertenece a Berna, Zúrich es la principal ciudad de la Confederación Suiza con más de 400.000 habitantes. Su riqueza económica, es una de las capitales financieras de Europa, está presente en todo momento. Basta con recorrer la calle Bahnhofstrasse, en el centro, para ser consciente de ello. En los escaparates de las mayores firmas de relojes suizos un muñequero puede alcanzar fácilmente los 20.000 euros.
Sea como fuere, con foto o sin foto, Lucerna merece una escapada. Un fin de semana de agua y montaña, de sol y nieve, de calor y frío. Fondue de queso para el mal tiempo y chocolate para el bueno. No hay hueco para ninguna excusa. Tampoco hay duda de que Heidi paseó por ahí.