Los turistas rusos eran hasta hace poco unos de los objetivos del turismo en España, las costas españolas se llenaban de turistas con mucho dinero y enormes ganas de disfrutar del sol y la cultura de nuestro país.

Las academias de ruso empezaban a aflorar en zonas como Cataluña, Baleares, Levante, Andalucía o Canarias, e incluso la capital Madrid veía como hace unos pocos años el Centro Ruso de Ciencia y Cultura de Madrid veía aumentar en gran número los estudiantes de la lengua de Pushkin. En tres años pasaron de dar clases de ruso gratuitas a ser de pago y ponerse al nivel en cuanto a precios de otros centros de idiomas de otras lenguas extranjeras que suelen ser más solicitadas como el francés, alemán o inglés.

Toda esta época de bonanza de un país emergente y con un potencial colosal que auguraba las mejores perspectivas puede haber finalizado. Las cifras no mienten y si en el 2013 hablábamos de un aumento del 31% de afluencia proveniente de turistas rusos, en este 2014 ha caído cerca del 10%, el porcentaje no deja lugar a dudas y de 1,58 millones de rusos que visitaron España en 2013 se ha pasado a 1,38 millones.

La depreciación ha ido causando un lento pero progresivo efecto y con las noticias de los últimos días es previsible que incluso el daño al turismo proveniente de Rusia sea incluso mayor. En este año que finaliza los turistas de este país prefirieron visitar otros lugares como Turquía o Egipto con una buena oferta turística y que además se hacía menos onerosa para sus bolsillos.

Reacción lógica ante la caída de su moneda.

En cifras totales el turismo proveniente de Rusia no llega al 3% de turistas que visitan España pero sí es cierto que era un turismo de alto nivel en una buena parte que dejaba muchos beneficios en el comercio y la hostelería. La situación no es previsible que cambie a corto plazo e incluso el próximo verano las cifras en relación a las de este año pueden reducirse incluso a la mitad. El conflicto con Ucrania no afectó demasiado a la bajada pero la depreciación ha terminado por tirar al traste la evolución de un turista que cada año venía más a España.