Incertidumbre el pasado fin de semana en los alrededores del Camp Nou

El pasado 1-O, a la vez que los jugadores del F.C Barcelona se preparaban para afrontar como una jornada más su partido de fútbol, tenía lugar el Referéndum en el cual los ciudadanos de Catalunya votaban por su futuro. Un Referéndum que necesitó una notable presencia de efectivos de seguridad con tal de poder garantizar el orden en una jornada que iba a marcar un antes y un después en las siguientes jornadas, debido a los diferentes episodios de tensión que hubo en la calle.

Mientras la gente votaba y los jugadores se preparaban para el partido, la gente llegaba al estadio sin imaginarse que horas después el partido iba a jugarse sin público debido a la falta de seguridad. Se podía observar cómo la gente compraba tiquets para el Camp Nou Experience (el tour del Camp Nou), familias que viajaban por primera vez a ver al F.C Barcelona disfrutaban de una soleada y agradable mañana, a grupos turísticos vivir la experiencia de haber hecho el Tour con una agradable satisfacción. Mientras los aficionados vivían una jornada tranquila y los jugadores se preparaban para el partido, la duda respecto si se iba a disputar el partido aumentaba ya que no era seguro que hubiese suficientes miembros de seguridad.

Debido a los diferentes incidentes que hubo en las calles de Barcelona, el F.C Barcelona como medida de protesta y de apoyo a la gente que iba a votar pidió aplazar el partido a la LFP y a la Federación Española de Fútbol pero éstos se negaron. Una vez el club recibió la negativa de no aplazamiento, decidió reunirse de urgencia para valorar qué posibilidades había de jugar o no el partido ya que la grada de animación había dicho que si no se suspendía el partido iba a saltar al campo como medida de protesta hacia los diferentes conflictos que hubo durante el día.

Decisión final por parte de la directiva

Después de reunirse y valorar las diferentes opciones, el club emitió un comunicado oficial en el cual se podía leer que el partido iba a jugarse a puerta cerrada en medida de protesta a los hechos que ocurrieron durante el día, los cuales no garantizaban una total seguridad que se necesitaba para disputar el partido.

Momentos antes a que club diese su comunicado oficial, se informó a los empleados del club que trabajaban en taquillas que suspendieran la venta de entradas ya que la posibilidad de que el partido no se jugase era bastante notable, lo que generó molestia a la afición ya que no sabía qué iba a pasar finalmente.

El cierre de puertas generó gran crispación a los aficionados de ambos equipos ya que veían como sus planes eran afectados por la decisión de la directiva blaugrana. Este hecho generó un gran malestar a las personas que habían acudido a disfrutar de un partido en familia. Muchas personas gastaron una importante cantidad de dinero entre la reserva del hotel, el viaje en avión y la entrada del partido, hubo casos en que la gente se gastó una cantidad cercana a los 500 euros e incluso 1000.

Finalmente, tras saberse que el partido iba a jugarse a puerta cerrada, la directiva facilitó a los empleados del club un formulario el cual los aficionados de ambos equipos debían rellenar y juntamente con sus entradas escaneadas, debían enviar vía correo electrónico a una dirección que el club había facilitado para proceder a la devolución del importe total de las entradas.

Una vez el partido se puso en marcha y se explicó a las personas qué debían hacer para resolver sus problemas, todo volvió a la normalidad.