Estamos a punto de finalizar un año que ha significado el fin de un ciclo, un año lleno de acontecimientos imprevistos y dificultades de todo tipo que a muchos de vosotros os habrá resultado muy denso. El próximo año 2017 es un año número ‘1’, que significa el inicio de un nuevo ciclo de nueve años.

Es el año del Gallo de Fuego, un año de comienzos pero también de recoger lo sembrado y de remediar lo que hayamos podido hacer mal en el año anterior. El Gallo lleva una lámpara para iluminar todo lo oculto, nada quedará escondido ya que él lo sacará todo a la luz, tanto lo bueno como lo malo.

Lo más importante en Feng Shui para promover las buenas energías y hacer que nuestra casa sea el recipiente al que esas energías llenen de acontecimientos auspiciosos es hacer una limpieza a fondo antes del día de Fin de Año. Debemos sobre todo eliminar todo lo roto, lo que no sirve, la ropa que hace años ya no usamos, etc.

Muy importante tirar tres objetos que sobren en la cocina, mejor si son de buen tamaño y otros nueve del resto de la casa. Aspirar el polvo bajo las camas y en los rincones y colocar en la mesa un frutero con una gran piña natural rodeada de 9 naranjas o mandarinas una o varias recubiertas con clavillos de olor clavados en su piel. El número 9 es un número mágico en Feng Shui.

Otro elemento de atracción de buena energía son las flores. Hay que recibir 2017 con un gran ramo de flores en colores amarillos, naranjas, rojos o fucsia. Combinando los colores al gusto de cada cual. El ramo debe presidir el salón.

La magia de las velas y el incienso

Estos dos elementos se utilizan mucho en Feng Shui para armonizar los espacios limpiándolos de energías negativas y propiciando que la abundancia llegue a nuestras vidas.

Durante la tarde del día 31 de Diciembre y ya con la limpieza a fondo efectuada y tus espacios libres de todo lo que impedía circular las energías, enciende incienso de canela y sándalo y ves sahumando todas las habitaciones de tu casa, así se quita todo lo negativo y se abre el espacio para que entre todo lo bueno.

La noche de Fin de año, enciende una vela dorada a la que habrás rodeado de todo tipo de semillas comestibles: lentejas, garbanzos, maíz, arroz, frijoles, etc.

Puedes utilizar un plato, mucho mejor si es de color rojo y colocar la vela en el centro rodeada de las semillas. La enciendes cuando ya todos estén a la mesa y la dejas consumir totalmente. El día de Año Nuevo entierra los restos de la vela y las semillas en un macetero o en un rincón del jardín plantando encima una pequeña picea o un arbusto que se nutrirá de esas semillas.

Dar para recibir

Llena pequeños sobres de color rojo con tres monedas doradas pueden ser chinas o no, lo importante es que sean doradas lo que puedes conseguir con un espray. Las tres monedas significan las tres suertes: material, divina y humana. Junto a las monedas en un papel incluye en cada sobre algún buen deseo par la persona a quién se lo regalaremos.

Lo cierras y ya puedes regalarlo siempre junto con una naranja.

Para las naranjas se utiliza en el idioma chino la misma palabra que para el oro: ‘KUM’ y por lo tanto regalando naranjas y monedas estamos regalando prosperidad y abundancia al mismo tiempo que generamos que esa misma abundancia revierta en nosotros.

Estos sencillos rituales son realmente poderosos. No dejes de ponerlos en práctica y prepárate a recibir el Nuevo Año lleno de energía positiva y con la mente y el corazón abiertos a todo lo bueno que está por llegar.