Una investigación conjunta entre el Washington Post, Amnistía Internacional, Forbbiden Stories (ONG francesa) y otros 16 medios de comunicación sacaba a la luz el pasado domingo un software israelí, llamado ‘Pegasus’, diseñado en un principio para perseguir a terroristas y criminales de todo tipo, pero que se ha estado utilizando para espiar a periodistas, activistas, políticos y empresarios.

Existía una lista de 50.000 móviles intervenidos por ‘Pegasus’

La investigación ha revelado la existencia de una lista de 50.000 números de teléfonos, entre los que se encuentran los de varias personalidades consideradas disidentes o 'de interés' por los países que han utilizado este software, además de clientes de la empresa creadora de ‘Pegasus’, NSO Group.

Es tal la capacidad de ‘Pegasus’ que en Israel sólo puede ser vendido después de que el Ministerio de Defensa israelí haya dado su visto bueno a la venta.

Según algunos medios, los países que habrían utilizado este software para espiar a sus ciudadanos serías países como México, Arabia Saudí, Hungría, Marruecos, India, Azerbaiyán y Ruanda. Uno de los teléfonos más sonados que se ha encontrado en dicha lista está el del periodista saudí, tachado de disidente, Jamal Khasshoggi, el cual fue asesinado en el Consulado saudí en Estambul, además de dos mujeres muy cercanas al periodista cuando ocurrió este crimen en 2018. También, entre esos teléfonos, se encontraban los de personas que trabajaban en El País, CNN, The New York Times, The Wall Street Journal, Bloomberg, Le Monde, Financial Times, Al Yazira, The Associated Press o Voice of America.

‘Pegasus’ se trata de un spyware - un malware espía que recopila información de un dispositivo y la comparte sin que el usuario lo sepa ni haya dado su consentimiento - creado por la empresa tecnológica israelí NSO Group, la cual vende este producto a 60 agencias, tanto militares como de seguridad o inteligencia en 40 países del mundo.

‘Pegasus’ es un 'spyware' que se infiltra en dispositivos y roba la información discretamente

El spyware, en sus inicios, allá por el 2016, empezó a colarse en los teléfonos utilizando textos y mensajes engañosos, con enlaces, los cuales el usuario pinchaba y ‘Pegasus’ se instalaba sin dejar rastro. Pero el software israelí tuvo que modernizarse, dado que la gente ya era conocedora de este tipo de prácticas, por lo que empezó a buscar pequeñas vulnerabilidades en WhatsApp e iMessage (el WhatsApp de Apple) para que ‘Pegasus’ se instalase sin tener que dar click a nada.

WhatsApp demandó en 2019 a NSO Group, creador de software, precisamente por eso.

Una vez dentro, el spyware toma las riendas del dispositivo y recopila toda la información dentro del móvil u ordenador – incluso la que está en la nube, pues NSO aseguraba a sus clientes el poder extraer toda esa información de las nubes de Microsoft, Apple, Google, Facebook y Amazon - , puede activar la geolocalización, la cámara, el micrófono, todo sin consentimiento ni conocimiento; y toda esa información es enviada al cliente que haya contratado ‘Pegasus’.

NSO se ha comprometido a abrir una investigación

Ursula von der Layen, presidente de la Comisión Europea, ha declarado que, de ser ciertas estas acusaciones, es algo absolutamente inaceptable.

Por su parte, los periodistas ingleses Laurent Richard y Sandrine Rigaud, aseguran que el periodismo libre está cada vez más en peligro, dado a la existencia de softwares como estos.

NSO Group, que no ha negado la existencia de posibles abusos, ha declarado que se comprometen a investigar las “acusaciones creíbles” de espionaje y que, como ya han hecho en el pasado, si se descubre algún mal uso de su software por parte de un cliente, ‘Pegasus’ le será retirado y no volverá a tener acceso a él.