Siete años después de la victoria de su sistema de inteligencia artificial en Jeopardy, IBM realizó una demostración de sus nuevas capacidades el lunes en San Francisco. En un pequeño escenario en el sexto piso de un edificio de un centro financiero, el programa de computadora se vio confrontado con dos preguntas: ¿Debería el gobierno subsidiar la exploración espacial y debería ampliarse el uso de la telemedicina y otras aplicaciones que traigan beneficios inmediatos a la sociedad?
Frente a él, dos seres humanos. Todos estaban sujetos a las mismas reglas: cuatro minutos para defender su punto de vista, seguidos por un tiempo equivalente para responder a la opinión opuesta expresada por su oponente, luego dos minutos para resumir sus argumentos.
Corpus de 300 millones de documentos
El sistema de la computadora nunca había sido entrenado para responder estas preguntas. Durante dos minutos, tres pequeñas bolas violetas saltaron en la pantalla, una animación que indicaba que la máquina estaba pensando. Luego se fusionaron y una voz robótica femenina desplegó su argumento.
El discurso fue más rico en citas y ejemplos que sus rivales humanos, porque en unas pocas decenas de segundos.
El sistema puede escanear un corpus de 300 millones de documentos, de artículos en revistas académicas, medios de comunicación y el Wikipedia enciclopedia en línea, para extraer argumentos y resumirlos. Pero aún no tiene la misma capacidad de convicción que un ser humano, porque carece de sus sutilezas de reflexión, sin mencionar sus gestos y sus entonaciones.
El programa, en el que IBM ha estado trabajando arduamente desde el año 2012, recita principalmente pasajes de textos, sin reformular los argumentos para darles aun más fuerza. También se basa en un "gráfico de conocimiento", una especie de modelo teórico que vincula a los sujetos entre sí, lo que a veces lo lleva a desarrollar argumentos desconectados de la misma pregunta.
Respuestas complejas
A pesar de sus amplias limitaciones, la demostración muestra el cruce de una nueva etapa para la inteligencia artificial: dar respuestas complejas a preguntas espinosas, en lugar de respuestas simples a preguntas básicas. "Nuestro mundo no es blanco o negro, es ambiguo y subjetivo, y la inteligencia artificial tiene que aprender a navegar ese tipo de entorno", dijo Ranit Aharonov, gerente de tecnologías de debate en IBM.