Hoy en día, cada vez hay más casos de violaciones con drogas de por medio, en los que se ha suministrado algún tipo de sustancia ilegal a la víctima a través de la bebida.

No sólo la víctima queda inconsciente y no puede defenderse de cualquier clase de abuso del que sea objeto, además la víctima se encontrará incapacitada para poder dar información o datos sobre lo que le ha sucedido, ya que las drogas suministradas, igualmente, provocan que no recuerde nada de lo sucedido (de golpe se pueden encontrar en un descampado, completamente desnudas o sin ropa interior y con síntomas físicos de haber sufrido alguna clase de abuso o de haber sido violada).

Tres estudiantes han sido capaces de inventar una pajita con la que se podría detectar la presencia de drogas que se suelen utilizar en la mayoría de los casos de Violación. Estas pajitas reaccionan y cambiar a un color azul, cuando entran en contacto con sustancias como puede ser el Rohypnol o la Ketamina.

Las jóvenes inventoras todavía están estudiando en el instituto y tienen muy claro que van a llevar a cabo la patente de su invento y van a seguir trabajando para mejorar su pajita anti-violaciones y crear nuevos sistemas parecidos para evitar violaciones con uso de drogas.

Las drogas de violación, en inglés se denominan "rape drug", se han convertido en un serio problema para la policía ya que, seguramente, los casos de violación sean mucho más que los que se llegan a denunciar.

Por esa razón, Victoria Roca, Carolina Biagorri y Susana Cappello, que son alumnas de un instituto de la ciudad de Miami, en Florida (EEUU) han decidido crear una pajita que ayude a la hora de identificar drogas que pueden ser utilizadas en este caso de delitos.

El invento puede cambiar de color al entrar en contacto con drogas como son el Rohypol, la ketamina, el éxtasis líquido, entre otras muchas drogas.

La idea es que se empleen en bares, discotecas o todo tipo de locales para poder evitar más víctimas que tengan que sufrir esta traumática experiencia que, además, no se puede denunciar ya que no recuerdan la mayor parte de lo sucedido ni pueden describir al violador.

En España, ya se han conocido casos con burundanga y con otras drogas parecidas, sobre todo, en zonas turísticas o en grandes ciudades.

En Miami, también hay numerosos casos, a causa de ser una ciudad turística y con mucho ocio nocturno donde es muy complicado controlar lo que sucede en los locales en los que entran en contacto la víctima y el atacante.