La sociedad actual vive una oleada y proliferación de nuevas tecnologías, lo que conlleva a tener prioridades diferentes, de acuerdo a la presencia y al eco que se tengan en las mismas.

Es por ello que empresas y personas se encuentran inmersas en este mundo, donde las redes sociales y las páginas web, se identifican con la nueva forma de relación entre empresas y usuarios, basada en un proceso comunicativo multidireccional. Sin embargo, nos encontramos que en este proceso toma fuerza la reputación online.

Imagen y reputación

Hablar de reputación Online es hablar de credibilidad, de imagen y de impacto.

Pero también es hablar del tiempo que nos lleva para construirla, porque lo importante es saber mantenerla, ya que suele perderse más rápido de lo que puede pensarse.

Así mismo, no hay que olvidar que la reputación online, hace parte también de la reputación corporativa. Es decir, debe estar inmersa la filosofía, la misión, la visión y los valores de la empresa; lo que permite un reconocimiento del comportamiento de la organización, y genera un diálogo constante con los usuarios.

Sin embargo, se ve truncado el esquema de comunicación unidireccional, porque es una persona, o un equipo quien maneja la información, mientras que en los medios online son varios los usuarios los que tienen el poder para dar opiniones y calificar un producto o una marca; y es en este momento cuando la reputación online se convierte en una construcción social, y genera la necesidad de controlar la información, imágenes y datos que se manejan en webs, redes y medios sociales, esto con el fin de salvaguardar la credibilidad y posicionamiento que se tenga en ese momento.

Estrategias de gestión

Tener una estrategia de gestión de reputación ayuda a condicionar la opinión de usuarios más adelante, aunque las empresas tienen la tarea de llevar a cabo un ejercicio de escucha para aprender a relacionarse con sus diferentes grupos de interés. Esto genera la prevención y eliminación de riesgos de reputación, aunque se debe tener presente que la reputación online no se mejora suprimiendo las críticas negativas que circulan en las Redes Sociales, sino al contrario, mejorando la gestión y la realidad de la organización.