Si tratas de utilizar el smartphone o tableta en un clima frío, es probable que la pantalla táctil reconozca el toque de los dedos (muy fríos) o el lápiz, pero sin guantes, a menos que éstos estén específicamente preparados. ¿Por qué esta diferencia?
Aunque no siempre es evidente a simple vista, hay varios tipos de pantallas táctiles. Los dos más comunes son: la llamada pantalla táctil resistiva (como las utilizadas en los cajeros automáticos de los bancos) y la capacitiva (habituales en los teléfonos móviles). Tanto en un caso como en el otro, el principio es el mismo, se ha de garantizar que cuando se presiona en algún lugar de la pantalla, se genere una señal eléctrica, que permita que el dispositivo sepa el lugar seleccionado.
El principio de funcionamiento de las pantallas táctiles resistivas es muy simple: se componen de dos capas delgadas de materiales de conductividad diferente que están separadas entre sí por aislantes, a través de las cuales circula una corriente eléctrica. Cuando se pulsa en la pantalla, estas capas se comprimen poniéndose en contacto las superficies conductoras, y por lo tanto se modifica la corriente que fluye a través de ellas. Este cambio de la corriente se interpreta entonces para determinar en qué parte de la pantalla se ha tocado.
Estas pantallas resistivas funcionan incluso si se toca con guantes o cualquier otro objeto, sólo importa presionar lo suficiente. Por desgracia, estos dispositivos no detectan si se les roza (como se hace comúnmente con las tabletas y teléfonos) y generalmente no son capaces de manejar un hecho que afecte a varios lugares a la vez (por ejemplo, cuando deslizamos dos dedos en una pantalla táctil para ampliar o reducir una imagen).
Casi todas las tabletas y los teléfonos inteligentes utilizan pantallas táctiles capacitivas, que tienen la ventaja de ser más sensibles para detectar varios contactos y proporcionan una mejor visibilidad que las pantallas resistivas. Su principio de funcionamiento es de hecho un poco más sutil: la pantalla contiene una capa llamada "capacitiva", que porta una cierta carga eléctrica.
Cuando un objeto conductor toca la pantalla, se capta parte de esta carga, hecho que se detecta inmediatamente por sensores situados en cada esquina de la pantalla.
A diferencia de las pantallas táctiles resistivas, no es necesario presionar con fuerza en las pantallas táctiles capacitivas, pero lo que realmente importa es tocarlas con un objeto que conduzca bien la electricidad, como un dedo o un pedazo de metal.
Olvida guantes de lana, algodón o compuestos, ya que al ser aislantes de la electricidad no muestran ningún efecto en las pantallas capacitivas.
Frente a este problema, los fabricantes de guantes han encontrado una solución: crear guantes que contienen hilo de un tejido conductor, por lo general sólo en las yemas de los dedos. Además, si deseas transformar tus propios guantes, es posible comprar hilo conductor y coserlo en las puntas de los dedos de los guantes. También es muy fácil crear un estilete improvisado para pantalla táctil, basta con elegir un material conductor lo suficientemente grande como para ser detectado por la pantalla, y lo suficientemente suave para no rayar.