Otra de las hijas del médico de Colmenar Viejo (Madrid) ha confirmado ante el magistrado que ella y su progenitora recibieron golpes por parte del sospechoso: “Me dislocó la clavícula”. La menor también dijo que habría sufrido tocamientos por parte de su padre. La mañana de este viernes, la presunta víctima contó su testimonio en un recinto acondicionado para evitar la revictimización.

La presunta víctima defendió a su madre

La menor dijo que quería volver a vivir con su progenitora y añadió que ella nunca la había golpeado, ni a sus hermanos. Sin embargo, recordó que habitualmente su padre los agredía físicamente y recordó que en una ocasión vio a su madre con un moratón en uno de sus ojos.

Además, la menor dijo que a finales del año pasado le cerró las redes sociales después de que la descubriera entrando en espacios no apropiados para su edad. La niña también dijo que su padre le prohibía quedar con amigos porque alegaba que eran personas “tóxicas”. La presunta víctima comentó que no la dejaban salir a la calle y añadió que sus progenitores le restringían la comida porque atravesaban por un momento económico complicado.

El médico y su mujer siguen en libertad provisional

Actualmente, el médico y su mujer se encuentran en libertad provisional, aunque sobre el acusado pesa una orden de alejamiento con respecto a su pareja. El sospechoso sigue en activo en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. El presunto autor de los hechos ha negado haber maltratado a sus hijos. Por eso, el magistrado optó traslado al fiscal para pronunciarse sobre el levantamiento de la medida cautelar.

La joven tenía ‘invenciones’ para evitar discusiones con su padre

La niña explicó que en algunas ocasiones tenía “invenciones” para evitar discusiones con su progenitor, especialmente en el ámbito de relaciones íntimas con jóvenes de su colegio.

Presuntamente, el médico del Hospital Gregorio Marañón tocaba a sus hijas para comprobar si habían mantenido relaciones.

Cabe recordar que el caso se inició después de que la niña que declaró contara en el colegio que sus hermanos y ella eran víctimas de maltrato por parte de sus progenitores. Al parecer la denuncia se produjo el mismo día que a la menor le dieron las notas. Presuntamente, el médico le hizo una advertencia sobre un castigo cuando recibiera las notas, algo que ella interpretó como una amenaza de paliza.

En ese contexto, la niña suspendió varias materias y decidió contar en su colegio todo lo que presuntamente estaba ocurriendo en su vivienda. Acto seguido, las autoridades realizaron un estudio del entorno de la menor. Las labores de los agentes permitieron descubrir que también había otros Niños que podían ser víctimas de maltrato en el ámbito doméstico.