La Generalitat ha suspendido de empleo y sueldo a los seis agentes de los Mossos d'Esquadra condenados por torturas en Cerdanyola. Asimismo, la institución policial ha abierto un expediente a los agentes policiales. Los hechos ocurrieron en abril del año 2016 cuando los condenados le ordenaron al conductor de un automóvil que aparcara en un control.

El conductor salió huyendo del control policial

Los Mossos le ordenaron al joven de 21 años que aparcara el coche en lugar, pero el conductor salió huyendo del control. En ese momento, los agentes de los Mossos d’Esquadra comenzaron una persecución que terminó con el coche impactando en una calle.

El copiloto del automóvil era otro joven de 19 años.

Los agentes policiales detuvieron a los jóvenes y decidir “castigarlos” por haber huido del control. La sentencia alega que los agentes golpearon a los jóvenes con “patadas” y “puñetazos” en la cara y la cabeza. Incluso les habrían dicho que podrían quitarles la vida en el lugar, ya que nadie se enteraría.

Los policías usaron la hebilla de un cinturón para golpear a los jóvenes

La sentencia relata que los Mossos usaron un cinturón para golpear a los jóvenes. Además, uno de los policías habría utilizado un altavoz para intimidar a sus víctimas. Durante el juicio, el copiloto del coche dijo que los policías los amenazaron con quitarles la vida y enterrarlos mientras los insultaban.

El copiloto reconoció que llegó a pensar que los policías les iban a quitar la vida porque estaban en una zona muy solitaria. El conductor ha declarado en el juicio que él no se opuso a la detención y que en otra causa reconoció su responsabilidad penal por una infracción porque había consumido una sustancia ilegal.

El joven de 21 años relató las torturas de los Mossos d'Esquadra

En el mismo juicio, el joven de 21 años recordó que los policías lo golpearon y posteriormente lo esposaron mientras lo registraban y le preguntaban donde tenía las sustancias ilegales. Por todos estos hechos, los agentes de los Mossos d’Esquadra han sido condenados a penas de hasta cinco años y seis meses de prisión.

Según ha trascendido, los seis agentes policiales recurrirán la decisión judicial ante el Tribunal Superior de Justicia catalán. Cabe destacar que el expediente disciplinario que abrió la propia institución policial es la medida cautelar más dura utilizada en los casos que todavía no tienen una sentencia firme.

Por eso, en caso de sentencia firme los seis condenados serán expulsados de la institución policial. Los magistrados han remarcado que en este caso concurrieron todos los elementos para hablar de torturas.