El cuadro de la Mona Lisa es uno de los grandes atractivos que tiene el Museo del Louvre de París. Una de las obras más famosas y enigmáticas de Leonardo da Vinci ha hecho correr ríos de tinta y, a diario, cientos de turistas de todo el mundo se agolpan frente a la pintura para presenciarla de cerca. Sin embargo, nunca hubieran imaginado lo que ocurrió este domingo con la obra también conocido como La Gioconda.

Lanzan un 'tartazo' a la Mona Lisa: el hombre fue detenido por la seguridad del Museo del Louvre

El pasado 29 de mayo, los visitantes del Museo del Louvre fueron testigos de un suceso que ha dado la vuelta al mundo.

De repente, un hombre en silla de ruedas y ataviado con una peluca se acercó lo más que pudo al cuadro de la Mona Lisa. Cuando estuvo a una distancia corta, sacó una tarta y la lanzó contra la obra de Arte. Rápidamente, ante la atónita mirada de los presentes, la seguridad del lugar entró en escena y se llevaron al autor del acto hacia La Gioconda. En estos momentos, todavía no se sabe la identidad del individuo ni cuáles eran sus intenciones con el citado "tartazo".

El momento del lanzamiento de la tarta fue captado por centenares de visitantes

El momento del lanzamiento de la tarta a la Mona Lisa fue captado por centenares de visitantes que estaban frente a la obra de arte. Los vídeos e imágenes han dado la vuelta al mundo y se han hecho virales en redes sociales.

En las instantáneas se puede ver cómo los restos del "tartazo" manchaban todo el cristal que recubre a la pintura de Leonardo da Vinci. Gracias a esta protección que posee el cuadro, el retrato más enigmático del mundo no ha tenido ningún destrozo ni ha resultado dañado a causa de lo ocurrido. Hay que tener en cuenta que está testado a prueba de balas.

También se puede presenciar una silla de ruedas frente a La Gioconda, perteneciente al responsable de los hechos.

No es el único suceso similar que tiene a la pintura de Da Vinci como protagonista

Sin embargo, este incidente hacia la Mona Lisa no es un caso aislado.

En 2009, una turista de origen ruso lanzó al cuadro una taza cuyo impacto fue repelido por el cristal protector. También en 1974, cuando estaba siendo exhibida en Tokio, una mujer la roció con pintura roja; y en 1956 sí que recibió daños en la pintura tras un hombre tirar ácido, mientras que otro arrojó una piedra que destrozó el anterior cristal. Eso por no citar el famoso robo de La Gioconda, allá por 1911, a manos de Vicenzo Peruggia, un antiguo empleado italiano del Museo del Louvre. Durante dos años estuvo desaparecida, hasta que fue encontrada en Florencia. Ahora, un nuevo capítulo se añade al largo historial de actos contra la obra de Leonardo da Vinci, que de ellos ya está acostumbrada.