Un hombre de 32 años falleció el pasado 3 de agosto después de que un agente de la Guardia Urbana de Barcelona lo abatiera mientras escapaba en bicicleta por haber robado el móvil de una chica. El supuesto ladrón se encontraba en la inmediaciones de Ciutat de la Justicia cuando habría querido realizar el hurto sin haber podido prever que sería detectado por un policía que estaba de civil y que, al verle, se abalanzó sobre él tirándole de la bicicleta. El golpe que recibió el hombre en su caída le ha dejado en estado de gravedad en el hospital y, finalmente, ha fallecido.
El agente, que en aquel momento no estaba de servicio, está siendo investigado y se están recabando pruebas y testigos que puedan agilizar el proceso judicial para determinar como proceder.
El ladrón habría robado un móvil a un chica
Todo ha ocurrido en las inmediaciones de la Ciutat de la Justicia, en Barcelona, enfrente de de la gasolinera Petrocat de la Gran Vía. El supuesto ladrón, de 32 años de edad, había intentado robar en bicicleta el teléfono móvil de una joven que pasaba por allí. Al darse cuenta del rápido hurto, la joven se habría puesto a gritar pidiendo ayuda por el robo que acababa de vivir sin ser capaz de alcanzar al ladrón al ir a mucha más velocidad.
El agente estaba de civil y quiso intervenir causando su muerte
Sin embargo, un agente de civil que estaba de testigo del robo, llegó a tiempo a la escena del robo y fue capaz de abalanzarse rápidamente contra el ladrón en bicicleta para evitar que se llevase el teléfono móvil. Sin embargo, en esta temeraria y arriesgada maniobra, el agente habría arrojado al hombre contra el suelo a tal velocidad y con tal fuerza que habría sufrido graves lesiones que, al cabo de unas horas, acabaron provocándole la muerte.
El oficial, en aquel momento, no habría estado en posesión de su placa ni dentro de horario laboral por lo que la justicia está decidiendo que hacer con él ante un posible caso de homicidio involuntario.
Se está recopilando información para que la justicia proceda
Y es que, a pesar de que la escena coincidía con el momento de un delito por hurto, los testigos de la zona han podido ratificar que semejante delito fue sin uso de violencia ni coacción por parte del ladrón, lo que haría aún más injustificable el trágico desenlace.
No es la primera vez, en estos últimos meses, que los equipos de seguridad acaban abatiendo hasta la muerte a algún sospechoso. Hace un mes, en Sevilla, la policía también respondió con arma de fuego a un atracador provocándole la muerte en el acto. La justicia determinará, finalmente, como se procederá en este accidentado caso que se ha llevado una vida por delante.