Tener un trabajo representa una responsabilidad muy grande, y si una persona desea evitar ser despedida, tendrá intentar cumplir su labor lo mejor posible. Debido a la situación causada por el COVID-19 se han tenido que añadir nuevas normas: distanciamiento social, el uso de mascarilla, evitar el contacto físico directo y muchas más políticas que intentan prevenir la propagación del virus en entornos laborales. A pesar de esto, el 5 de febrero se conoció acerca de la primera persona en ser despedida por infringir el uso correcto de la mascarilla en España.
Una pescadera es despedida por discutir con una clienta por el uso incorrecto de su mascarilla
La información conocida hasta el momento ha sido recopilada de declaraciones del Juzgado Social número 6 de Santander, quienes han respaldado el despido por medidas disciplinarias de una trabajadora. El suceso comenzó cuando una clienta común del supermercado decidió solicitarle a una trabajadora del establecimiento que “se colocara su mascarilla”, pues la empleada de la pescadería lo tenía colocado de forma incorrecta, exponiendo su nariz. Debido a la queja de la cliente, la pescadera le comentó que ella (refiriéndose a la clienta) "no era la policía para indicarle qué debía hacer".
Al recibir esta respuesta, la clienta no dudó en dirigirse a la encargada del supermercado para quejarse de la empleada y la forma en la cual se había expresado.
Casi al instante la encargada fue hasta la pescadera, para posteriormente reclamarle sus acciones y pedirle que se colocara su mascarilla de forma adecuada. Lo sorprendente fue la reacción de la trabajadora, la cual en vez de calmarse volvió a amenazar a la consumidora diciéndole: “Si no te gusta, te vas. Sí quieres lo arreglamos en la calle sin el uniforme”, un comentario dicho con un tono exaltado y amenazante, según exponen las declaraciones.
La empleada despedida no fue capaz de tranquilizarse hasta la llegada de la supervisora del supermercado
Según informó la encargada, trató durante algunos momentos de calmar la discusión entre la clienta y la pescadera, pero fue imposible tranquilizar el ambiente. Por suerte, la llegada de la supervisora del establecimiento, fue suficiente para evitar que el problema llegara a mayores.
La supervisora afirma que las situaciones negativas en lo que a la mascarilla se refiere son recurrentes con esta empleada en particular, pues no sería la primera vez que ha recibido llamadas de atención por ello.
Finalmente la encargada se retiró del lugar junto con la clienta, a la cual fue necesario pedirle disculpas por la bochornosa situación que padeció. A pesar de esto, la empresa notifica que la trabajadora había cometido tres faltas, las cuales acarrearía que fuera despedida: falta de respeto y consideración pública, infracción de las normas sanitarias y malos modos de atención. Por todo lo anterior, la pescadera fue despedida por razones disciplinarias.
La empleada no acepta la decisión la empresa, llevando el caso a los tribunales de Satander
Incluso con testigos en contra y una situación desfavorable, la ex-empleada del supermercado decidió llevar el caso ante la ley, afirmando que estas medidas eran “desproporcionadas a los hechos, los cuales no justifican el despedido”, llegando incluso a demandar la empresa. Lamentablemente para la pescadera, la Justicia terminó respaldando que haya sido despedida por razones diciplinarias, un dictamen que fue emitido por el Juzgado Social número 6 de Satander, en la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria.