La última prueba realizada dentro del campeonato provincial de la caza del zorro ha traído polémica del principio al final. La primera polémica vino provocada por la ocultación, por parte de las federaciones de los cazadores y de la administración de la Xunta de Galicia, de la citada celebración del campeonato provincial de caza del zorro.
Pero este fue el incidente menos peligroso o importante de todos los que tuvieron lugar durante este fin de semana en Castro (Lugo).
Colectivos animalistas que se habían desplazado de distintos puntos de España habían solicitado permiso para poder realizar rutas de senderismo por la zona, una de las áreas de la provincia de Lugo donde había más probabilidades de que se celebrase la prueba, que estaba oculta en el calendario oficial de la Federación
Un cazador disparó a un coche en marcha
Por otro lado, la administración de la Xunta de Galicia se negó a proporcionar información que es de dominio público según la ley. Pero el episodio más grave vino cuando un cazador disparó a un coche en marcha, dentro del cual iban cuatro activistas que, por suerte, salieron ilesas del incidente.
Según se puede ver en el vídeo que los activistas han facilitado a los medios de comunicación no solo se ve a un menor de doce años en el grupo de los cazadores, también había menos de cincuenta metros entre los cazadores armados y una carretera; además la persona que disparó lo hizo a cuatro personas que no le habían hecho nada y no iban armadas.
La Xunta ocultó información de dominio público
El individuo que realizó el disparo fue identificado por la Guardia Civil. Se trata de un militar con lazos familiares con el Partido Popular y el hecho fue denunciado rápidamente en la comisaría de Villalba (Lugo). Los colectivos a favor del medio ambiente pidieron la cancelación del campeonato de caza por miedo a que tuvieran lugar choques entre los cazadores y la treintena de activistas que se habían desplazado hasta el lugar por grupos.
Los activistas han denunciado acoso y agresiones
Los activistas han denunciado acoso dado que fueron grabados por medios de comunicación afines a la caza que mostraban su cara; mientras que en el caso de los cazadores, evitaban mostrar sus rostros o las matrículas de sus vehículos y daños en sus vehículos.
A pesar de todo, los cazadores tomaron la decisión de seguir con la prueba de carácter provincial. Al finalizar dicha prueba, ni las administraciones ni la Federación habían facilitado datos ni del número de cazadores que habían participado ni del número de zorros que habían sido asesinados durante dicha prueba.