El caso de La Manada en España, donde fue violada en grupo una joven, durante los Sanfermines en 2016, conmocionó profundamente la opinión pública, no solo nacional, sino también a nivel global. El acto en sí quizás no fue tan mediáticamente polémico, como la sentencia judicial en relación al caso, donde los acusados fueron condenados únicamente por el delito de abuso sexual a nueve años de prisión. Todo ello derivó en un amplio rechazo popular mediante el que se aboga por un reconocimiento judicial de que fue agresión sexual y no simplemente abuso.
Casos sismilares en la India
Casos similares a este ocurren diariamente en la India, donde, a pesar de la severidad de las leyes en relación a delitos de esta índole, las víctimas y sus familiares suelen optar por medios alternativos a la justicia civil o penal en muchos de los casos. Entre las razones para que esto ocurra se encuentran el desconocimiento de las leyes, la falta de educación jurídica y en relación a temas a cuestiones sobre el género en gran parte de la población y el aislamiento de ciertas comunidades rurales que presentan diferentes dinámicas culturales diferentes a las de las zonas urbanizadas.
Precisamente este último caso de violación de una menor de edad, perpetrada por un grupo de hombres, ocurrió en Jharkhand, un pueblo rural de estas características.
En estas zonas, la ‘justicia’ es proporcionada por los llamados 'panchayats', que constituyen consejos locales, que, al margen de la ley y las instituciones formales, intentan resolver los conflictos que se producen en la comunidad. Al denunciar la violación de la menor, la respuesta de los miembros del consejo fue castigar a dos de los presuntos implicados con 100 ejercicios de abdominales y el pago de una multa de unas cincuenta mil rupias, lo que equivale a unos 750 dólares.
Aunque todo no acabó ahí, los castigados no quedaron conforme con la miserable sentencia y arremetieron a golpes contra los padres de la menor, a quienes luego quemaron viva.
Futuro legislativo
Resulta increíble cómo en ciertas partes del mundo donde vivimos, pueden ocurrir este tipo de situaciones que tal parecen de épocas muy antiguas.
Este es solo el último caso de una serie de violaciones y abusos sexuales en grupo, ocurridas desde la muerte de una joven estudiante en el 2012. Las mujeres en la India, quienes más se sienten amenazadas frente a estos hechos, no han dudado en protestar y reclamar sus derechos. Por ello, el Gobierno ha emitido recientemente una orden ejecutiva, con el objetivo de transformar la ley, para que se aplique la pena de muerte a los violadores menores de 12 años.