Las personas que a última hora de la noche salían de los centros culturales y lugares de copas no se lo podían creer. El centro de Madrid era un campo de batalla entre cerca de cien personas y la Policía Nacional. Los primeros quemaron a su paso varios contenedores y causando serios desperfectos en la mobiliario urbano del barrio de Lavapiés.

El motivo para este escenario que hacía tiempo no se recordaba en la capital de España era la muerte de un mantero de origen africano. A los pocos minutos de desarrollarse estos graves incidentes se tenían noticias de que su fallecimiento se había producido como consecuencia de un infarto de miocardio.

Pero esto no atemperó el ánimo de los revoltosos, sino que por el contrario sus acciones se volvieron más violentas. Hasta el punto de que muchos cristales de los comercios en las calles colindantes fueron hechos añicos.

El fuego en algunas de las calles del barrio de Lavapiés era bien visibles incluso desde la Puerta Sol. Algunas personas comentaron que tuvieron que refugiarse en portales o bares para evitar respirar los efectos perniciosos del fuego.

Enfrentamientos entre radicales y Policía Nacional

Los primeros choques entre las fuerzas de seguridad nacional y los manifestantes no tardaron de llegar a las calles del centro de Madrid. En algunos casos bajo una extrema virulencia según algunas de las personas que presenciaron estos incidentes.

No en vano, los manifestantes aludieron a que el fallecimiento se había debido realmente a una persecución por parte de las fuerzas policiales y que acabó finalmente con la vida del mantero.

Otro de los testigos de estos graves incidentes incidió en que las protestas fueron rápidamente capitalizadas por personas pertenecientes a la extrema izquierda y movimientos alternativos.

Con la participación de otros compañeros de origen del mantero muerto en la noche de Madrid. En algunos momentos se tuvo la sensación de que todo podía terminar muy mal con un escenario de destrucción en las calles de Lavapiés.

Reacciones ante una noche de duros enfrentamientos

A los pocos minutos de desarrollarse estos graves acontecimientos, el concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid, Percival Manglano, reflejaba en las redes sociales su impresión.

“Tras la muerte por infarto de un mantero, las barricadas se incendian en Lavapiés”.

Por momentos se temió que podía pasar lo peor en las calles madrileñas, en donde los ánimos estaban muy excitados ante todo lo que estaba sucediendo a últimas horas de la noche. Porque después de las 00:00 la revuelta seguía con toda su intensidad y cada vez era mayor la presencia de las Fuerzas de Seguridad del Estado. En unas horas que pocas veces se habían visto en Madrid.