Según la autopsia, la muerte del pequeño Gabriel, se ha producido por sofocación. Aunque, hasta el momento no habría implicado a nadie más en su relato, algunos peritos sospechan que podría no haber actuado sola.

Según ha trascendido, el padre del pequeño habría sospechado de su pareja desde el 27 de febrero que Gabriel desapareció. Algunas fuentes revelan que, no la implicó literalmente, pero el nombre de Ana Julia habría figurado entre las personas de las que sospechaba. Basicamente porque, junto con su madre, era la persona que había comido y visto salir a Gabriel de la casa familiar.

A posteriori, la actitud de Ana Julia Quezada ante los agentes que investigaban fue poco colaboradora, acentuando más las sospechas que recaían sobre ella.

Se negó a entregar su teléfono móvil para que los agentes de la OCU lo requisaran al igual que estaban haciendo con el resto de familiares cercanos. Alegó que se le había perdido en alguna de las batidas. También habría mostrado cierto recelo en el momento de entregar su ordenador personal. Cuando lo hizo, borró previamente algunos archivos, la excusa que emitió ante la Guardia Civil era que en el portatil había fotos de ellas desnuda y que por eso había eliminado ciertos documentos.

Este miércoles a las 12 de la mañana pasará a dependencias judiciales, tras cumplirse las 72 horas de detención.