Existe una corriente entre los propios judíos, llamada revisionismo, que desmiente en su totalidad el holocausto, tachándolo de herramienta propagandística. Siendo realidad o no el holocausto, como resultado de la segunda guerra mundial, quedaron grandes beneficios económicos para los judíos en reparaciones de guerra, suficientes como para construir un país entero: el estado de Israel. La herramienta propagandística del holocausto nazi significa el exterminio para cualquier documentación de valor histórico de la Alemania de Hitler. Cualquier consecuencia beneficiosa para Alemania aportada por el nacional socialismo, queda totalmente eliminada de la historia por la extremista satanización de la Política nazi aportada por los medios de masas actuales.

Existen muchos aspectos positivos en la sociedad alemana previa a la segunda guerra mundial, pero entre ellos destacaba la integración, tolerancia y el respeto hacia las demás razas, frente al resto de países que no tenían ideas tan adelantadas a su tiempo. Por ejemplo James Cleveland Owens, un atleta de color que participo en las olimpiadas de Hitler que hablaba maravillas por haber sido tratado como igual en Alemania. Al volver a Estados Unidos tuvo que adaptarse de nuevo a la sociedad americana, que sería totalmente discriminatoria con los negros hasta bien entrados los años 50. También para desmontar el mito racista del nacional socialismo habría que nombrar las Waffen SS Musulmanas, el libro ``Las vidas de los soldados judíos de Hitler´´ de Bryan Mark Rigg, o el batallón 43 de las legiones del este compuesto prácticamente en su totalidad por asiáticos.

El diario inglés Jewish Chronicle recoge entre sus páginas varios casos de condenas en Alemania por diferentes delitos de odio contra judíos. Los vándalos eran severamente castigados y el abuso racial no era tolerado en la Alemania nazi. El 10 de agosto de 1934, 3 borrachos fueron encarcelados hasta un año por causar daños en 54 tumbas de un cementerio judío.

El 22 de noviembre de 1935 un ario fue condenado a 8 meses de prisión por realizar falsas acusaciones hacia el sirviente judío de su sobrina soltera. El 9 de febrero de 1934 un nacional socialista fue multado por llamar judío de forma despectiva a un abogado judío en una comunicación oficial.